Casi un mes después de que Rusia iniciara su invasión a Ucrania, el conflicto bélico no parece tener una salida pacífica clara sino que, por el contrario, los ataques son cada vez más violentos. No obstante, analistas internacionales reunieron un cúmulo de razones para advertir por un cambio en las tácticas del Ejército ruso que podría impulsar la fase más “sombría” de la guerra.
Desde el momento en que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó movilizar las tropas al país vecino en el marco de una “operación militar”, Moscú intentó una avanzada relámpago a la capital ucraniana. Sin embargo, la ofensiva se topó con resistencia militar y civil que le causó múltiples bajas y estiró el combate. Ante el frustrado avance terrestre hacia Kiev, Moscú impulsó un cambio de estrategia.
«Debido a la falta de éxito de la fase terrestre de la operación, el enemigo sigue lanzando activamente ataques con misiles y bombas contra importantes infraestructuras militares y civiles utilizando aviones operativos y tácticos, armas de misiles de alta precisión y municiones indiscriminadas», dijo el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania en un comunicado este martes.
Moscú muestra su poderío armamentístico
De acuerdo a expertos, hay muchos indicios que sugieren que los rusos están adoptando “un enfoque más de enfrentamiento”. Según reportó CNN, los últimos días Moscú buscó demostrar su cruento poderío lanzando salvas de misiles desde fuera del espacio aéreo ucraniano. La ofensiva se registró, principalmente, desde el agua.
Sin embargo, hasta ahora Rusia no ha capturado ninguna ciudad ucraniana importante en la ofensiva: ni Jarkov, en el noreste, ni Odesa, en el suroeste. Incluso, tampoco pudo avanzar en el norte, región con fuerte presencia prorrusa. Ante el frustrado avance, los analistas militares están preocupados por el cambio de la ofensiva del ejército de Putin. En este marco, advierten por el aumento del “uso indiscriminado y coercitivo de las armas” contra las ciudades ucranianas.
El sombrío pronóstico para Ucrania
Una evaluación realizada el 19 de marzo por el Institute for the Study of War daba precisamente ese sombrío pronóstico. «Si la guerra en Ucrania entra en un callejón sin salida, las fuerzas rusas seguirán bombardeando y arrasando ciudades ucranianas, devastándolas y matando a civiles», expresaron. Y agregaron: «Incluso cuando las fuerzas ucranianas impongan pérdidas a los atacantes rusos y realicen sus propios contraataques».
«La derrota de la campaña inicial rusa por parte de Ucrania puede, por tanto, establecer las condiciones para una prolongación devastadora del conflicto y un nuevo y peligroso periodo que ponga a prueba la determinación de Ucrania y Occidente», insistió el texto. Las últimas horas dan cuenta del avance del conflicto en este sentido.
Nuevo frente de ataque
Además de este sombrío pronóstico, los funcionarios de Ucrania han comenzado a advertir de un posible nuevo frente en la guerra. Desde el domingo, Kiev anticipó que Moscú puede profundizar la ofensiva desde Belarús, en dirección al noroeste de Ucrania. En teoría, esta región podría servir como puerta de entrada para que las fuerzas atacantes del norte se aproximen a Lviv, una ciudad estratégica en el oeste de suelo ucraniano, que es un centro de logística gubernamental y de ayuda.
Rusia ya ha utilizado el territorio de Belarús como plataforma de lanzamiento para su invasión. En tanto, Kiev insistió en que Putin está intentando llevar fuerzas de reserva a las fronteras de Ucrania para una nueva avanzada masiva. “De ser cierto, eso dice mucho”, expresaron expertos y anticiparon que se trata de la voluntad del Kremlin de “seguir agotando sangre y tesoro” en el conflicto bélico.