El presidente Alberto Fernández reconoció la grieta que hay en el Frente de Todos. En especial con su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. En este marco, el jefe de Estado afirmó que “no” es “títere de nadie”, en clara alusión a las acusaciones de la oposición sobre quién es el que manda dentro de la Casa Rosada. Pero no es la primera vez que Fernández intenta aclarar esta situación: salió a la luz un carpetazo que evidencia su obsesión con la presencia de un “títere” en el interior del Gobierno.
El Presidente declaró el martes en declaraciones radiales que “esperaba” que el kirchnerismo lo acompañara en lo que respecta al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el pago de la deuda de 45.000 millones de dólares. De esta manera, dejó al desnudo que existe cierta tensión con el entorno de la vicepresidenta. No obstante, aseguró que “no son terminales” para la coalición gobernante.
“Cuando me propusieron estar a cargo sabía que iba a tener que tomar decisiones. Claro que esperaba que me acompañaran, pero no me acompañaron y lo respeto”, cuestionó Fernández. Y continuó: “No todos pensamos igual. Lo que creo que no podemos hacer es darnos el lujo, por la causa que sea, narcisismos, egoísmo, política, de desunirnos”.
Fue a partir de ello que el jefe de Estado aseguró que existe una preocupación latente entre los militantes de la fuerza por el futuro del frente. “De mi parte no esperen un solo gesto que rompa la unidad. Yo no soy títere de nadie y eso ha quedado demostrado”, asentó Fernández, y concluyó: “Tengo mis diferencias, pero actúo con mis convicciones. Escucho a todos, pero el Presidente soy yo y el que tiene que tomar las decisiones soy yo”.
Cuando expresó su temor a un “títere” en la Rosada
En mayo de 2019, en declaraciones en Radio Nacional con los periodistas Daniel Seifert y María Julia Oliván, un Alberto Fernández que apenas era anunciado como compañero de fórmula de Cristina Kirchner, endurecía su discurso para con ella, a modo, quizás, de anticiparse a las críticas. Esto se debió a los idas y vueltas de la expresidenta en cuanto a su postulación.
Ante el temor de que Cristina Kirchner no se candidateara y escogiera a un “heredero”, un desafiante Fernández le dio una especie de ultimátum a la líder del Instituto Patria: “Que sea candidata o que se vaya a su casa”, decía. En esta línea, y con incertidumbre sobre lo que iba a hacer Cristina, el ahora jefe de Estado se atajó y advirtió que no le gustaría que un heredero de ella se volviera un “títere”.
Así lo expresó en la entrevista radial: “No quiero que el poder esté en Uruguay y Juncal”, dijo el ahora Presidente en alusión al domicilio de la entonces senadora en Recoleta. Y fue más lejos: “No quiero en la casa de Gobierno haya un títere”, quizás anticipando que Cristina no le daría autonomía a su elegido.
Y continuó: “No quiero un (Héctor José) Cámpora al que Cristina le prestó los votos”, reafirmó Fernández. Teme que, como el fallecido expresidente, el sucesor del kirchnerismo fuese “víctima del sistema”. “Cristina, o se hace cargo de lo que viene o libera a todas las fuerzas y deja que cada uno haga lo que quiera”, puntualizaba Alberto.