El papa Francisco volvió a expresarse este domingo sobre la guerra Rusia–Ucrania. El Sumo Pontífice pidió este domingo una “tregua de Pascua para lograr la paz a través de verdaderas negociaciones”. Fue en el marco de la celebración de la misa por el Domingo de Ramos en el Vaticano, a la cual regresaron miles de fieles con sus palmas a la plaza de San Pedro tras la pandemia de coronavirus.
“Que se inicie una tregua de Pascua, pero no para volver a cargar las armas y reanudar el combate. No. Una tregua para lograr la paz a través de verdaderas negociaciones”, indicó el Papa, que denunció la “locura de la guerra” en un “mundo violento y herido”. Asimismo, lamentó el uso de la violencia al recordar el martirio de Jesús de Nazaret: “Cuando se usa la violencia ya no se sabe nada de Dios, que es Padre, ni tampoco de los demás, que son hermanos”.
En su homilía, el jefe de la Iglesia Católica remarcó: “Se nos olvida por qué estamos en el mundo y llegamos a cometer crueldades absurdas. Lo vemos en la locura de la guerra, donde se vuelve a crucificar a Cristo. Es crucificado en los refugiados que huyen de las bombas con los niños en brazos. Es crucificado en los ancianos que son abandonados a la muerte, en los jóvenes privados de futuro, en los soldados enviados a matar a sus hermanos”.
Si bien Francisco no aludió a la guerra en Ucrania, sí demostró de nuevo su preocupación por un mundo “herido” por los conflictos. “Ánimo, caminemos hacia la Pascua con su perdón. Porque Cristo intercede continuamente ante el Padre por nosotros y, mirando nuestro mundo violento y herido, no se cansa nunca de repetir: ‘Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen’”, precisó, según recopiló NA.
El regreso del Domingo de Ramos en el Vaticano
El Domingo de Ramos, que conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén y abre la Semana Santa, arrancó con la procesión de las palmas en la plaza de San Pedro ante miles de personas, lo que no ocurría desde 2019 por la pandemia. Allí, Francisco bendijo las palmas desde un altar en la puerta de la basílica y no desde el obelisco en el centro de la plaza, como en años anteriores, y tampoco siguió en la procesión con fieles y el clero debido a un dolor en la rodilla.
De hecho, leyó su homilía sentado y ni siquiera se lo vio caminar, ya que un automóvil lo llevó directamente al altar que había sido instalado a los pies de la basílica. “Miles de personas se han visto obligadas a huir de Ucrania a causa de la guerra. Pero muchos también se han visto obligados a abandonar su tierra natal en Asia, África y América. Mis pensamientos y oraciones están con todos ellos”, precisó el Sumo Pontífice.