Este martes, los edificios de la ciudad de Odesa quedaron en ruinas, un día después de que las fuerzas del Kremlin bombardearan el puerto del sur de Ucrania con misiles y que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, encabezara las agresivas celebraciones para conmemorar la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque Putin guardó silencio sobre los planes de una escalada en Ucrania, los combates no cesaron con un renovado empuje de las fuerzas rusas el lunes para derrotar a las últimas tropas ucranianas que resistieron en una acería en la arruinada Mariúpol.
En Odesa, el principal puerto del mar Negro para la exportación de productos agrícolas, una persona murió y cinco resultaron heridas cuando siete misiles impactaron en un centro comercial y un depósito, dijeron las fuerzas armadas de Ucrania en Facebook.
Las imágenes de vídeo del lugar de los hechos mostraron a los bomberos ya los equipos de rescate peinando los montones de escombros y rociando los restos aún humeantes. Ucrania —un importante productor de maíz y trigo— y sus aliados han intensificado los esfuerzos para desbloquear los puertos o proporcionar rutas alternativas para la exportación de grano, trigo y maíz, informó Reuters.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, visitó Odesa el lunes, inmediatamente después de una respuesta global para ayudar a Ucrania. Una reunión entre Michel y el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, se vio interrumpida por el ataque con misiles, lo que obligó a los dos a acudir a un refugio antiaéreo, según la cuenta oficial de Twitter del ucraniano.