Las pericias psicológicas realizadas en Catamarca a Edgar Bacchiani, titular de Adhemar Capital, concluyen que siente “cero culpabilidad”. Y no tiene culpa o no está arrepentido de nada porque no solo que no hay plata por las reglas del Bitcoin, sino que cree que no le debe a nadie. La gente le encargó por mandato jugar con su dinero sabiendo que se podía ganar o perder. Entonces, se perdió, pero eso no implica que le deba a alguien, por tanto, tampoco debería estar preso. El hecho es similar a lo que sucedió con la famosa estafa de Generación Zoe.
De acuerdo al informe que accedió El Intransigente, el empresario que ahora se encuentra en el Penal de Miraflores de Catamarca, no quiere comer la comida del Penal. Edgar únicamente ingiere lo que le llevan desde afuera de la Cárcel algunos amigos y allegados convencido que saldrá en algunos meses porque “no hizo nada” malo y que “saldrá o saldrá” del Penal. Está solo en un espacio donde se la pasa casi todo el día caminando en círculo.
Bacchiani espera pacientemente porque afirma que tiene una cirugía programada, por lo que “se ve” fuera del Penal y cómodo en una habitación de una clínica privada donde piensa aprovechar a full su pos-operatorio, tiempo tranquilo para manejar mejor la estrategia legal que ratifique lo que sostiene: que no se lo puede culpar de haber hecho lo que los inversores le mandaron por contrato, especular con el dinero a sabiendas que se podía perder.
En síntesis, Edgar manifiesta que no tiene dinero porque la invirtió en Bitcoin y que las cosas no salieron como se esperaba pero el resultado negativo también era una posibilidad. Se podía ganar o perder, tocó perder pero eso los inversionistas lo sabían desde el momento que le encargaron jugar o especular con el dinero que invirtieron en Adhemar Capital. En ese contexto, Edgar expresa convencido que no es culpable.
Siempre de acuerdo a la información a la que accedió El Instransigente, Bacchiani, lejos de arrepentirse, no sabe o no entiende por qué está en la cárcel. “Se podía ganar o perder, todo el mundo lo sabía”, habría afirmado a los profesionales que indagaban sobre las causas que lo llevaron a perder su libertad. “Si te va bien, se reparten las ganancias, si te va mal…”, fue la respuesta de Edgar sin terminar la frase.