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Boris Johnson fue abucheado en el homenaje a la Reina Isabel II

El primer ministro Boris Johnson fue el único que recibió una recepción tan hostil cuando ingresaba a la Catedral de San Pablo.

Boris Johnson




El primer ministro británico Boris Johnson fue abucheado este viernes cuando ingresaba a la Catedral de San Pablo en el centro de Londres, Inglaterra, para asistir a una misa en homenaje a la Reina Isabel II por los 70 años de su reinado. Los 15 segundos que tardó el funcionario en descender del auto y subir las escalinatas fueron incómodos para él y su pareja, algo que quedó registrado por varias cámaras de video y teléfonos celulares.

El repudio se debe a los escándalos por el “Partygate”, en donde tanto él como altos cargos de su Gobierno infringieron la ley para realizar fiestas privadas en plena cuarentena estricta. La presentadora de la cadena pública BBC Jane Hill comentó por su parte que el primer ministro fue el «único invitado VIP» que recibió una recepción tan hostil. «El primer ministro que llega con su esposa Carrie a la Catedral de San Pablo para el Servicio de Acción de Gracias es abucheado por algunos en la multitud», tuiteó después la locutora de la misma emisora estatal Victoria Derbyshire.

Cargos contra Boris Johnson

Johnson y su esposa Carrie, según Télam, fueron multados junto a otros importantes funcionarios por violar las normas durante el confinamiento por la epidemia de Covid-19. Aunque ofreció una «amplia disculpa» y reconoció que no había estado a la altura de sus propias reglas, aclaró hace dos días que no piensa renunciar a su cargo.

Es la primera vez que un primer ministro británico en funciones es sancionado por quebrantar la ley, al recibir una multa por asistir a su fiesta de cumpleaños número 56 en la oficina del Gabinete, junto con su esposa y el ministro de Finanzas Rishi Sunak. Las investigaciones también concluyeron que el consumo de alcohol en Downing Street era excesivo para un lugar de trabajo, con el agravante del confinamiento. En ese momento, los británicos no podían ver a otras personas fuera de sus hogares debido a las reglas de la pandemia.

Según la investigación muchos de los eventos en la residencia del primer ministro no tendrían que haberse celebrado y sostuvo que el comportamiento observado durante estas reuniones era difícil de justificar. Para la vicesecretaria permanente de la Oficina del Gabinete, Sue Gray, nadie tuvo en consideración los riesgos que estas reuniones presentaban para la salud de la gente, ni la imagen que daban del Gobierno.

Pedidos de destitución

Mientras tanto, una moción de censura pesa sobre el premier británico, luego de que dos legisladores del Partido Conservador que lidera manifestaron que perdieron la fe en su conducción por el escándalo del «partygate». Además, más de 15 legisladores conservadores han pedido públicamente a Johnson que renuncie después de que los informes sobre las fiestas durante el confinamiento comenzaron a llegar a los medios de comunicación. 

Por esta razón, Boris Johnson podría ser impugnado la próxima semana y si pierde esta moción sería destituido como primer ministro. “No voy a negar que ha sido una experiencia miserable para la gente en el Gobierno, pero tenemos que aprender de los errores y seguir avanzando”, justificó el primer ministro. Según las encuestas, más de la mitad de los británicos quiere que el primer ministro se vaya.

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