Este viernes, el Vaticano confirmó que el viaje del papa Francisco a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, del 2 al 7 de julio, será pospuesto de forma indefinida debido a la dolencia de rodilla del Pontífice, de 85 años. Esta afección le ha obligado a utilizar una silla de ruedas durante el último mes.
En un comunicado, se informó que el aplazamiento se hizo «con pesar» a petición de los médicos del Papa, que le han estado tratando por una rotura de ligamentos en una rodilla. La decisión se ha tomado «para no poner en peligro los resultados de la terapia a la que se está sometiendo para su rodilla», según el comunicado del portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El Vaticano no informó si el viaje del Pontífice a Canadá, previsto del 24 al 30 de julio, se verá también afectado por su dolencia de rodilla. A pesar de su dolencia, el pontífice ha mantenido un programa regular de audiencias. Este viernes tuvo cuatro audiencias, incluida una con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La conversación estuvo dominada por la invasión rusa iniciada el 24 de febrero a Ucrania, que motivó la decisión del organismo de promover sanciones económicas y bloqueos a políticos, dirigentes y organizaciones rusas, además de intensificar el envío de armamento al Gobierno de Kiev, informó Reuters.
Al inicio de esta semana Francisco renovó su deseo de viajar a Ucrania, aunque aclaró que está esperando el «momento adecuado» para hacerlo, durante un encuentro con refugiados en el Vaticano. Desde el inicio de la invasión, el pontífice hizo varios llamados para detener las hostilidades y envió a representantes del Vaticano para mostrar su cercanía con el pueblo ucraniano.