El sábado por la tarde, Martín Guzmán renunció a su cargo como titular del Ministerio de Economía de manera espontánea mediante una carta publicada en Twitter. Esto se dio mientras Cristina Kirchner hablaba en Ensenada y Alberto Fernández planificaba su agenda para la semana entrante. Esto fue muy duro para el albertismo que rápidamente se movió y contactó a varios posibles reemplazantes, entre ellos Emmanuel Alvarez Agis, Marco Lavagna, Augusto Costa y Martín Redrado.
El que más interesó dentro del Gobierno nacional es el extitular del Banco Central pero puso sus condiciones. Cabe señalar que el economista formó parte del equipo de trabajo de la actual vicepresidente aunque se pelearon y tiempo después se reconciliaron. Ahora apareció la posibilidad de que vuelva al Estado aunque rápidamente en el Frente de Todos lo rechazaron inmediatamente.
Martín Redrado pidió de manera excluyente cumplir con sus condiciones. La primera es tener el control del déficit fiscal, uno de los puntos más duros que Guzmán no pudo controlar. Luego exigió renegociar con el Fondo Monetario Internacional para establecer un nuevo acuerdo que tenga metas mucho más duras que las alcanzadas recientemente, algo que Alberto Fernández rechazó porque no cree que se pueda cumplir.
Además, señaló que quiere un acuerdo total entre el presidente y la vicepresidente, que están distanciados a día de hoy, y que la oposición también firme este acuerdo porque «sin leyes fiscales y monetarias que tengan apoyo del Congreso no tiene sentido nombrar a nadie» para el economista según informaron en A24. Por último, presentó una de sus primeras medidas en caso de que lo elijan, algo que tampoco fue aceptado por el Gobierno.
La primera medida que iba a tomar Martín Redrado
En caso de asumir como ministro de Economía, Martín Redrado iba a enviar una serie de leyes al Congreso de la Nación para luego aplicar sus propias medidas. La que más se destaca es que quería crear una nueva moneda que circule junto al peso y así conformar un sistema bimonetario. En este mismo sentido, buscaría reducir los gastos estatales y acumular reservas abruptamente, algo que el presidente no quiere para su gestión.