Este miércoles, el Papa Francisco pidió «medidas concretas» para poner fin a la guerra en Ucrania y evitar el riesgo de un desastre nuclear en la central de Zaporiyia. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó el martes que visitará la planta, ocupada por Rusia, en los próximos días si las conversaciones para obtener acceso tienen éxito.
Moscú y Kiev se han acusado mutuamente en repetidas ocasiones de disparar contra la instalación, la más grande de Europa y de la que se apoderaron las fuerzas pro-Moscú a finales de febrero. La ONU ha pedido que se desmilitarice la zona. «Espero que se tomen medidas concretas para poner fin a la guerra y evitar el riesgo de una catástrofe nuclear en Zaporiyia», expresó el pontífice.
En declaraciones efectuadas el día en que Ucrania conmemora su independencia del dominio soviético en 1991 y seis meses después de que las fuerzas rusas la invadieran, Francisco condenó las guerras como una «locura» y se refirió a la muerte de Darya Dugina, hija de un prominente ultranacionalista ruso, en un atentado cerca de Moscú el sábado.
«Los inocentes pagan por la guerra», dijo en su audiencia semanal. Moscú culpó de la muerte a agentes ucranianos, una acusación que Kiev niega. Francisco calificó a los comerciantes de armas que se benefician de la guerra como «delincuentes que matan a la humanidad». En una entrevista con Reuters el mes pasado, Francisco dijo que quería visitar Kiev, pero también quería ir a Moscú, para promover la paz.
El Papa asistirá a un congreso de líderes religiosos en Kazajistán, del 13 al 15 de septiembre, donde ha dicho que esperaba reunirse con el patriarca ortodoxo ruso Kirill, que apoya la guerra. Ucrania ha estado presionando a Francisco para que vaya primero a Kiev, diciendo que reunirse antes con Kirill podría enviar un mensaje equivocado al pueblo ucraniano.