A días de las elecciones en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro insinuó el lunes desde Londres con no aceptar el resultado de los comicios presidenciales en caso de no vencer con el 60% de los votos, en una escalada más de sus amenazas contra el Tribunal Superior Electoral.
Mientras, el expresidente y candidato favorito en las encuestas, Lula da Silva, reunió en San Pablo apoyos de cinco excandidatos presidenciales de elecciones pasadas y afirmó que su objetivo es sumar con la meta de ganar primera vuelta «para defender la democracia y reconstruir el país», informó Télam.
La visita oficial de Bolsonaro a Reino Unido por los funerales de la reina Isabel II fue en clave electoral, con discursos en las calles de la capital británica antes decenas de seguidores y un enojo con una periodista cuando le preguntó si la gira era en realidad un acto de política partidaria.
La amenaza al estilo de Donald Trump para el 2 de octubre fue dicha al hablar en Londres con la cadena televisiva oficialista SBT. «Si yo tengo menos del 60% de los votos es porque algo anormal ocurrió en el Tribunal Superior Electoral teniendo en cuenta la cantidad de gente que va a mis eventos y cómo soy recibido a todos los lugares a los que voy», dijo Bolsonaro.
Jair Bolsonaro y el «efecto Capitolio»
De esta forma, el mandatario alimentó más los temores de juristas y la oposición de que busque un «efecto Capitolio». Es decir, un desconocimiento de los resultados electorales similar al de Trump respecto de su derrota frente al presidente Joe Biden. Esto desató un ataque de sus seguidores al edificio del Congreso en Washington en enero de 2021.
Desde Londres, Jair Bolsonaro volvió a cuestionar la transparencia del proceso electoral como lo hace desde 2021, despreciando las encuestas que le otorgan un segundo lugar detrás de Lula. El mandatario dijo que la encuestadora Datafolha, que le da chances a Lula de vencer en primera vuelta «está hecha para dar aires de legalidad a una injusticia que pueda ocurrir».
El líder de ultraderecha fue preguntado por qué cree que debe tener 60% de los votos. «Es el sentimiento de las calles, uno ve los actos de Lula, del PT… no va nadie. Y si van algunos miles es porque les pagan, los llevan en micros. Es gente que va por dinero, no están animados con la elección de Lula», aseguró.