Luego de más de 150 millones de votos comenzó el conteo en Brasil. Los principales dirigentes políticos estuvieron acorde a las encuestas ya que Lula Da Silva alcanzó el 48,33% de los votos mientras que Jair Bolsonaro, actual mandatario, llegó al 43,29%. Como ninguno superó el 50% deberán ir a una segunda vuelta que se llevará adelante el 30 de octubre.
A pesar de que no está definida la votación, el candidato por el Partido de los Trabajadores (PT) y expresidente de este mismo país salió en su búnker a festejar. Desde allí afirmó que tiene la «certeza» de que podrá imponerse en el balotaje a realizarse a fin de mes. En caso de ganar, desde el primero de enero asumirá nuevamente el máximo cargo.
En el diálogo con sus seguidores, Lula Da Silva recordó que «todas las elecciones fueron a segundo turno» y que «la campaña comienza mañana» en su camino ala presidencia. «Que me disculpen los periodistas, los partidos aliados, pero vamos a tener que trabajar más, vamos a tener que convencer a la sociedad brasileña, y convencer a las otras fuerzas políticas» de cara al 30 de octubre, sostuvo.
En este mismo sentido, adelantó que trabajará en San Pablo, donde comenzó su campaña pero perdió. «San Pablo será una confrontación de propuestas para la sociedad y voy a hacer todo el esfuerzos y tengo la certeza que juntos vamos a ganar San Pablo y vamos a ganar Brasil», resaltó el dirigente que llamó a «recuperar el país» porque «el país está peor y la economía está peor».
¿Nuevo debate?
Por último, Lula Da Silva reconoció que le gusta «la campaña, adoro discutir con la sociedad brasileña y va a ser importante porque por primera vez se va a dar un debate cara a cara con el presidente de la república para saber si va a continuar contando mentiras o si le va a decir la verdad al pueblo brasileño», enfatizó al pedir otro encuentro con Bolsonaro porque en el primero «no valió mucho, en aquel debate había gente extraña».
