La retirada de las fuerzas rusas de una ciudad de importancia estratégica en el este de Ucrania ha llevado a dos poderosos aliados del presidente Vladimir Putin a hacer algo poco habitual en la Rusia moderna: ridiculizar públicamente a los altos mandos de la maquinaria de guerra.
La pérdida por parte de Moscú del bastión de Limán, ha tocado la fibra sensible de Ramzan Kadyrov, el líder de Chechenia. El funcionario, cercano a Putin desde que su padre y expresidente de la nación, Akhmad, muriera en un atentado bomba en 2004 en Grozny, sugirió que Rusia «debería considerar el uso de una pequeña arma nuclear táctica en Ucrania», como respuesta a dicha pérdida.
La advertencia nuclear acaparó los titulares de los medios. Pero su desprecio público a los altos generales rusos puede haber sido igual de significativo en una Rusia en la que las críticas públicas al esfuerzo bélico, desde las altas esferas de la élite, han sido un tabú.
«El nepotismo en el ejército no conducirá a nada bueno», dijo Kadyrov. Añadiendo que el comandante de las fuerzas rusas en la zona de batalla «debería ser despojado de sus medallas» y «enviado al frente con una pistola para lavar su vergüenza con sangre», replicó Reuters.
Este desprecio público por los generales que dirigen la guerra de Rusia es significativo, porque indica el nivel de frustración dentro de la élite de Putin sobre la dirección del combate. A la vez que perfora la narrativa cuidadosamente controlada del Kremlin. Kadyrov aseguró que su crítica era «la amarga verdad sobre una fuerza de combate rusa» que, según él, «permitió que mediocres sin talento defraudaran al país».
Alto mando
El líder checheno agregó que le había planteado la «posibilidad de una derrota en Limán» hace dos semanas a Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor de Rusia. Pero que este último había descartado la idea. Gerasimov, de 67 años, es el tercer hombre más poderoso del ejército ruso después de Putin y del ministro de Defensa, Serguéi Shoigu.
«No sé de qué informa el Ministerio de Defensa al comandante en jefe supremo (Putin). Pero en mi opinión personal, deberían tomarse medidas más drásticas», expresó. Preguntado por las declaraciones de Kadyrov, el poderoso fundador del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, felicitó al líder checheno.
«¡Ramzan, eres el mejor!» expresó Prigozhin, conocido como el «chef de Putin», por los contratos de catering de su empresa en el Kremlin. «Hay que enviar a todos estos bastardos descalzos al frente con armas automáticas», agregó. Cuando se le preguntó si sus palabras debían ser consideradas una crítica al Ministerio de Defensa, este matizó su respuesta con ironía: «Dios me libre».