El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, acusó este martes a Ucrania de enviar 15.000 soldados a la zona fronteriza para construir defensas y realizar reconocimientos. Estas acciones las calificó de «provocaciones». El mandatario permitió en febrero que su estrecho aliado, Rusia, utilizara a su país como punto de partida para su invasión de Ucrania.
Sin embargo, ha dicho que Bielorrusia no es parte en el conflicto y que sus propias fuerzas no están involucradas. En declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias BelTA, Lukashenko expresó que la unidad ucraniana llevada hasta la frontera había bloqueado las rutas y estaba estableciendo puestos de control y posiciones de fuego.
«En resumen, (Ucrania) no sólo se ha atrincherado, sino que ha construido un muro. Constantemente realizan reconocimientos ópticos, radioelectrónicos y radiotécnicos de nuestro territorio, tropas y objetos», manifestó. «A menudo con sus drones violan la línea de la frontera estatal. Y, al mismo tiempo, se preocupan y se inquietan: ‘Oh, que Bielorrusia no entre en guerra’. Hay constantes provocaciones en la frontera», agregó.
Responsables ucranianos no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios. Lukashenko expresó que su país se implicaba en el conflicto sólo para evitar que se extendiera a Bielorrusia y para «impedir un ataque a Bielorrusia bajo la apariencia de una operación militar especial desde Polonia, Lituania y Letonia», informó Reuters.
«Como he dicho, nadie disparará a los rusos por la espalda desde el territorio de Bielorrusia», afirmó. Los tres vecinos occidentales de Bielorrusia forman parte de la alianza transatlántica de la OTAN, que está ayudando a Ucrania a defenderse de Rusia con armas e inteligencia, pero dice que no tomará parte directa en el conflicto.