Un grupo de indígenas de la comunidad Embera se enfrentó el miércoles a miembros de la Policía Nacional de Colombia y gestores de convivencia de la Alcaldía de Bogotá, en un hecho que dejó un saldo de al menos 23 heridos y dos detenidos.
El grupo de indígenas -originariamente del oeste del país, pero emigrados a Bogotá por desplazamientos forzados- protestaba por el incumplimiento de las promesas de la alcaldía para reubicarlos después de ser desalojados de uno de los parques principales de la capital colombiana, informó Télam.
«La ausencia de diálogo siempre genera más violencia. Rechazo y condeno los actos vividos hoy en Bogotá. Varios miembros de la Fuerza Pública y civiles resultaron heridos. Nunca será protesta la agresión a un policía», expresó el presidente Gustavo Petro.
Y agregó: «Todo miembro de la Policía, todo funcionario público, igual que toda persona, es sujeto de derechos humanos. Es también violador de derechos humanos el que agrede en estado de indefensión a un policía». El secretario de Seguridad bogotano, Felipe Jiménez, consideró «inaceptable la violencia» contra los gestores de la alcaldía, cuando ya se había abierto una mesa de diálogo.
En las redes sociales circulan videos que muestran a miembros de la comunidad indígena golpeando a uniformados de la policía con palos en el piso, y a integrantes de la etnia heridos por la intervención de los Escuadrones Móviles Antidisturbios (Esmad).
También la alcaldesa Claudia López difundió videos en los que se evidenciaron los desmanes, que incluyó por momentos que quedaron encerradas unas 3000 personas en distintos edificios. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, fue otro de quienes se pronunció contra la violencia: «Nada justifica la agresión que sufrieron esta tarde 14 miembros de la Policía Nacional a manos de indígenas en Bogotá. Los agresores deben ser judicializados y sancionados».