Rusia descartó un «alto al fuego» navideño a casi 10 meses de guerra en Ucrania. Además, rechazó el llamamiento de Kiev para empezar a retirar las tropas antes de Navidad, como un paso para poner fin al mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Ambos países no han entablado conversaciones para poner fin a los combates, que se libran en el este y el sur del país, sin apenas movimiento por ambas partes. Kiev sintió de nuevo la violencia el miércoles, con el primer gran ataque con drones a la capital ucraniana en semanas.
Dos edificios administrativos fueron alcanzados, pero las defensas aéreas repelieron el ataque en gran medida. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció que 13 drones habían sido derribados. «No hay calma en la línea del frente», expresó Zelenski en un habitual discurso vespertino por vídeo. Donde también describió que la destrucción rusa de ciudades en el este con artillería es «para que solo queden ruinas y cráteres».
Al preguntar la agencia Reuters si Moscú había visto propuestas para un «alto el fuego navideño», el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió: «No, no se han recibido tales ofertas de nadie. Este tema no está en la agenda». Zelenski había manifestado esta semana que Rusia debería empezar a retirarse antes de Navidad como paso para poner fin al conflicto.
Rusia, que califica la guerra de «operación militar especial», ha disparado desde octubre decenas de misiles contra infraestructuras energéticas. Interrumpiendo el suministro eléctrico y dejando a los ucranianos sin calefacción en condiciones térmicas invernales.
Dmytro Lubinets, comisario de Derechos Humanos del Parlamento ucraniano, declaró que 12.000 niños habían sido trasladados a Rusia desde el inicio de la invasión en febrero. El funcionario no aportó pruebas de sus afirmaciones. Reuters no pudo confirmar inmediatamente su versión.
