El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se dirigía este lunes a Bielorrusia, avivando los temores ucranianos de que pretenda presionar a su aliado para que se una a una nueva ofensiva, mientras drones rusos atacaban Kiev en el último asalto dirigido contra infraestructuras críticas, según informaron representantes de Ucrania.
Las autoridades de Kiev llevan meses advirtiendo de que la vecina Bielorrusia podría unirse a las fuerzas rusas y servir de plataforma de lanzamiento para un nuevo ataque terrestre contra la capital ucraniana. «Proteger nuestra frontera, tanto con Rusia como con Bielorrusia, es nuestra prioridad constante», declaró el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
«Nos estamos preparando para todos los posibles escenarios de defensa», agregó. Putin se dirigía este lunes a Bielorrusia para su primera visita en tres años y medio, que el Kremlin describe como una «visita de trabajo» con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
Bielorrusia, uno de los aliados más estrechos de Rusia, permitió que su territorio se utilizara como plataforma de lanzamiento para la invasión de Ucrania por Moscú el 24 de febrero, pero no se ha unido directamente a los combates. Lukashenko ha dicho en repetidas ocasiones que no tiene intención de enviar tropas de su país a Ucrania, informó Reuters.
Este lunes, la aviación rusa atacó «infraestructuras críticas» en Kiev y sus alrededores, según informaron las autoridades ucranianas. Los sistemas de defensa antiaérea destruyeron 15 de los 20 drones dirigidos contra la capital. También se produjeron daños en viviendas particulares de la región de Kiev, según su gobernador, Oleksiy Kuleba.
«Permanezcan en refugios y lugares seguros hasta que pase la alarma. Cuídense y cuiden a sus seres queridos» agregó. Se oyeron varias explosiones fuertes, pero no quedó claro de inmediato si se trataba de sistemas de defensa antiaérea destruyendo los drones o de drones alcanzando sus objetivos.