La puja entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo no solo no tiene fin, sino que cada vez se agrava más. Con el fallo de la Corte Suprema a favor de la Ciudad, el presidente Alberto Fernández se ha negado a acatar el fallo junto con gobernadores de 18 provincias. Debido a ello, Jonatan Viale lo calificó como el primer presidente electo que se comporta de manera «golpista» al atentar contra el Estado de derecho.
«Ya era el presidente con la inflación más alta de los últimos 30 años. Ya era el presidente que hizo una fiesta en la Quinta de Olivos en plena pandemia. Ahora será el primer presidente de la historia argentina en no acatar un fallo de la Suprema Corte de Justicia», destacó en su columna editorial de Radio Rivadavia. En este sentido, el mismo jefe de Estado anunció que desconocerá el fallo «porque es imposible de cumplir».
«¿Esto cómo se llama? Alzamiento constitucional», subrayó Jonatan Viale. «El presidente toma la decisión de romper el orden legal de la Argentina y es gravísimo. A mí me encantaría que hayan 5 millones de personas saliendo para defender la democracia. Yo sé que esto no es Mundial, pero ahora sí podemos decir que la patria está en peligro. Estamos a punto del quiebre del sistema social republicano», advirtió.
Ya para este punto, es innegable, según el politólogo, que el kirchnerismo no acata la ley. Sobre esto, el mensaje que se transmite a la sociedad es que las leyes no importan, que el orden social «es imposible de cumplir». Sin embargo, como se trata del presidente de la Nación, estas cuestiones son pasadas de largo e, incluso, legitimadas por parte del tejido social.
Continuando con su postulado, Viale argumentó que el Gobierno, entre el presidente y Cristina Kirchner fomenta un Estado de naturaleza, un «caos social». «Están haciendo un llamamiento a desobedecer la ley en Argentina. Un piquetero puede hacer una casa en plena 9 de Julio porque le pintó. Un automovilista puede ir a 270 km por hora porque le pintó, porque el presidente lo hace», hipotetizó.
La gravedad institucional según Jonatan Viale
Actualmente, son Fernández más 18 gobernadores los que pujan por no obedecer la decisión de la Corte, algo «nunca visto». Sin embargo, se trata de algo esperable, viniendo de Ricardo Quintela, quien se posicionó en contra el cierre de cabarets en La Rioja, o de Gildo Insfrán, quien embistió varias veces contra los porteños. La gravedad institucional que reviste esto es que hay un pase a la clandestinidad, y por eso se llama «golpismo».