Kosovo cerró este miércoles su mayor paso fronterizo después de que manifestantes lo bloquearan en el lado de Serbia, en apoyo a los serbios étnicos de la península báltica en su negativa a reconocer la independencia del país, en el sureste de Europa.
Las tensiones entre Belgrado y Pristina han aumentado desde el mes pasado, cuando representantes de la etnia serbia del norte de Kosovo abandonaron las instituciones estatales, incluidas la policía y la judicatura, por la decisión del Gobierno kosovar de sustituir las matrículas de automóviles expedidas en serbio.
El ministro del Interior kosovar, Xhelal Svecla, afirmó que Serbia, bajo la influencia de Rusia, pretende desestabilizar Kosovo. Serbia niega estar intentando desestabilizar a su vecino y afirma que solo quiere proteger a su minoría en territorio kosovar. El Kremlin también negó las acusaciones kosovares, pero afirmó que apoya a Belgrado.
Desde hace 20 años, Kosovo es fuente de tensiones entre Occidente, que respaldó su independencia, y Rusia, que apoya a Serbia en sus esfuerzos por bloquear el ingreso del país en organizaciones internacionales como las Naciones Unidas (ONU), informó Reuters.
Los ciudadanos serbios utilizaron el martes un camión y tractores para crear la última barricada, cerca del paso fronterizo de Merdare, en la frontera oriental de Kosovo, según informaron medios de comunicación con sede en Belgrado. El Gobierno de Pristina ha pedido a la fuerza de mantenimiento de la paz de la OTAN para el país, la KFOR, que retire las barricadas. Sin embargo, la KFOR no tiene autoridad para actuar en suelo serbio.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Kosovo anunció el cierre del paso de Merdare desde medianoche: «Si ya ha entrado en Serbia, tendrá que usar otros pasos fronterizos… o pasar por Macedonia del Norte». Solo quedan abiertos tres puntos de entrada entre ambos países.