El narcotraficante Ovidio Guzmán, requerido por la justicia de Estados Unidos, fue arrestado el jueves en un operativo militar en México, uno de los golpes más fuertes al poderoso Cártel de Sinaloa desde 2016, cuando fue detenido su padre, Joaquín «El Chapo» Guzmán.
«La madrugada del 5 de enero, personal del ejército mexicano y Guardia Nacional (…) detuvieron a Ovidio, presunto líder de la facción Los Menores, afín al Cártel del Pacífico», dijo el secretario de la Defensa, Luis Sandoval, haciendo referencia al otro nombre con el que se le conoce al Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
«Esta detención representa un golpe contundente a la cúpula de poder del Cártel del Pacífico», agregó. La captura, explicó Sandoval, fue producto de «seis meses de trabajo de reconocimiento y vigilancia». Sin embargo, expertos aseguraron que el operativo estaría relacionado con la visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la próxima semana.
Una vez apresado su líder, pistoleros del grupo criminal realizaron 18 bloqueos y protagonizaron 12 enfrentamientos en la zona. Incluyendo el aeropuerto internacional de Culiacán, capital de Sinaloa, en el noroeste del país, y una base aérea militar, informó Reuters.
Las agresiones habían dejado una treintena de lesionados, además de dos policías fallecidos y un coronel del ejército y sus cuatro escoltas que murieron luego de una emboscada en la región, informaron autoridades. Tras su detención, Guzmán, de 32 años, fue trasladado a Ciudad de México en una aeronave militar.
Ovidio se convirtió en una figura clave en el cártel tras el arresto de su padre en el 2016. Quedó detenido en octubre de 2019 por las fuerzas de seguridad. Pero fue liberado rápidamente para evitar «un derramamiento de sangre» por parte de sus secuaces, en un bochornoso revés para las autoridades mexicanas.