Al menos 17 personas murieron y otras 68 resultaron heridas en la región de Puno, frontera con Bolivia, informó la Defensoría del Pueblo de Perú. Fue una de las peores jornadas de protestas exigiendo elecciones anticipadas y la liberación del encarcelado expresidente izquierdista Pedro Castillo.
El número de víctimas fatales en choques con las fuerzas de seguridad aumentó a 39 desde diciembre, tras la expulsión y arresto de Castillo. El exmaestro rural intentó disolver de forma ilegal el Congreso y reorganizar el Poder Judicial en diciembre. Otras siete personas han fallecido en accidentes de tránsito vinculados a bloqueos durante protestas, según datos oficiales.
Los manifestantes exigen además la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, una nueva Constitución y la liberación de Castillo, que cumple una prisión preventiva de 18 meses acusado de «rebelión», cargo que el exmandatario niega.
El primer ministro, Alberto Otárola, lamentó en una declaración las muertes en Puno. Agregó que unas 9.000 personas quisieron tomar el aeropuerto de la ciudad. Además, 2.000 de esas personas iniciaron un ataque contra la policía, utilizando «armas hechizas y armas con doble carga de pólvora». Fue un «ataque organizado, sistemático, de vandalismo y de actividades violentas contra instituciones en Puno», afirmó, replicó Reuters.
Entre los heridos figuran también policías que no pueden ser evacuados por problemas en el aeropuerto, según las autoridades. «Solicitamos a las fuerzas del orden hacer un uso legal, necesario y proporcional de la fuerza. También exhortamos a la fiscalía a realizar una investigación célere que permita esclarecer los hechos», expresó la Defensoría del Pueblo.
