A pocos días de comenzar el año, Sergio Massa se metió de lleno en la batalla contra la inflación e inició con las reuniones junto a empresarios y sindicalistas. El dirigente del Frente de Todos buscará extender el programa de Precios Justos hasta junio y así sostener la desaceleración inflacionaria. A su vez, ya comenzó a negociar los ajustes salariales del 2023.
La gran condición que puso el titular del Palacio de Hacienda es que las paritarias no superen las proyecciones que se trazó para la inflación de este año. Básicamente, quiere anclar el aumento salarial en un 60% para todo el año, que se puede dividir en un 30% semestral o un 20% trimestral. Esto lo definirá cada gremio que deba reunirse con él próximamente.
Sin embargo, Sergio Massa cuenta con la contra de las consultoras privadas. Las mismas señalan que la suba del IPC podría ser de entre el 80 y el 90% para 2023, unos números mucho más elevados que los proyectados en el Presupuesto. De ser así, claramente no aceptarán sus condiciones y eso podría derivar en paros o protestas del sector trabajador.
Las condiciones de los gremios a Sergio Massa
Por el contrario, desde el sector sindical aspiran a acuerdos más cortos y con cláusulas gatillos. De esta manera, apuntan a que el empleado tenga un ajuste mensual y no semestral como quiere Sergio Massa, para que así no pierdan ante la inflación el poder de compra. Justamente, esta medida fue la que implementaron a lo largo de todo el 2022, año que cerrará con aumentos generales cercanos al 95%.
Uno de los primeros gremios en cerrar bajo las condiciones del ministro de Economía será la UTA que firmará aumentos del 30% semestral. Sin embargo, aún queda definir si se incluirá la cláusula gatillo de revisión en caso de que la inflación se dispare, tal y como sucedió en julio pasado. En las próximas semanas, otros rubros como bancarios, textiles, Smata, Comercio, Sanidad, Uocra y los estatales de UPCN mantendrán negociaciones.