La etapa de debate del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa terminó este miércoles luego de 13 audiencias en las que declararon cientos de testigos, además de cinco de los ocho rugbiers acusados. El 25 y 26 de febrero comenzará la fase de los alegatos de las partes. Primero será el turno de la fiscalía y el particular damnificado, y luego alegará la defensa de los juzgados del homicidio.
Tras una audiencia movida, donde declararon médicos forenses solicitados por la defensa, también se escuchó la declaración de dos de los acusados, Blas Cinalli y Lucas Pertossi. Ambos señalaron que no le pegaron a Fernando y que nunca tuvieron la intención de matar a alguien. A la salida del tribunal de Dolores, los gritos de personas que fueron a apoyar a la familia Báez Sosa invadieron la calle Belgrano, según NA. Luego, los padres de Fernando agradecieron el cariño que recibieron.
Aun así, se vivieron momentos de tensión cuando los padres de los rugbiers salieron por la puerta principal y fueron sorprendidos por una multitud que les gritaba en contra de sus hijos. La situación generó disturbios en los alrededores del Tribunal en lo Criminal 1 de la citada localidad bonaerense. Mientras la Policía custodiaba a los parientes de los acusados, se vieron botellas volar y agresiones.
Por la noche, al cumplirse tres años de la muerte de Fernando, se sucedieron varios actos en distintos puntos del país, con epicentro en el anfiteatro de Dolores, donde Graciela y Silvino, los padres del joven asesinado, recibieron un fuerte respaldo y se generalizó el pedido de justicia, asociado a la palabra “perpetua”. Cientos de personas de diversos puntos del país y de Paraguay, donde nacieron los padres de Fernando, llegaron a Dolores para manifestar su apoyo.
Durante la jornada también declaró el médico legista Juan José Fenoglio y sostuvo que la lesión que ellos percibieron del informe de autopsia sobre el cuerpo de Fernando en el hígado la provocó trabajos de reanimación cardiopulmonar (RCP) que le hicieron al querer salvarle la vida y no por golpes que recibió por parte de los rugbiers. En tanto, Jorge Velich, emergentólogo y médico legista propuesto por la defensa de los rugbiers, dijo que Báez Sosa no murió “por la RCP”, pero que eso sí “agravó la situación por la movilización del cuerpo”, dijo.
Durante las 13 audiencias en el tribunal de Dolores desfilaron diversos testigos que dieron testimonio, entre ellos, amigos de la víctima, personas que presenciaron el ataque y crimen, peritos de la Policía Federal, médicos, bomberos y efectivos policiales. Además, ocurrió algo que pocos pensaban que iba a suceder. Los rugbiers rompieron el “pacto de silencio”: el primero fue Luciano Pertossi, luego Máximo Thomsen, el acusado más complicado, y el día anterior Ciro Pertossi.
Como todos los días, Silvino Báez y Graciela Sosa estuvieron en la sala del tribunal escuchando la declaración de todos los testigos. Al joven de 18 años lo asesinaron el 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell. Fernando se había ido de vacaciones con sus amigos y, por una disputa dentro del local bailable, personal de seguridad los había sacado.
Las imágenes del boliche muestran la salida de ambos grupos, uno desde la entrada principal de forma tranquila y otros desde la cocina de manera violenta. Luego de eso llegó la emboscada contra Fernando y sus amigos. Enfrente al lugar, sobre la Avenida 3, Fernando recibió una piña por detrás y, en menos de un minuto, lo asesinaron, dejándolo arrojado en la vía pública.