El gobierno militar de Birmania dio un primer paso hacia la celebración de elecciones parlamentarias, pero lo hizo imponiendo reglas estrictas a los partidos políticos que pueden dificultar una votación justa. El país ha estado bajo sanciones, incluso por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, desde el golpe de Estado del 2021 que derrocó al gobierno civil dirigido por Aung San Suu Kyi.
Buscando aliviar la presión internacional, el líder militar Min Aung Hlaing había dicho previamente que las elecciones parlamentarias probablemente «se llevarían a cabo en agosto de este año». Como paso inicial en el proceso electoral, las fuerzas armadas emitieron una ley que prescribe reglas complicadas y rigurosas para los partidos políticos que esperan competir.
Estas reglas buscan bloquear a la Liga Nacional para la Democracia de Suu Kyi, que ganó las elecciones de 2020 de forma aplastante, a pesar de que los observadores internacionales desestimaron la afirmación de la junta militar de fraude electoral. La junta condenó a Suu Kyi a 33 años de prisión y encarceló a otros líderes clave de su partido.
Otra señal de que las elecciones se acercan, es que el Consejo de Seguridad y Defensa Nacional se reunirá la próxima semana en la que es probable que Min Aung Hlaing entregue el poder al consejo, ya que la constitución no permite más prórrogas del estado de emergencia. Las elecciones deben llevarse a cabo dentro de los seis meses posteriores al fin del estado de excepción, informó Bloomberg.
En noviembre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, instó a la comunidad internacional a negar al ejército cualquier credibilidad que buscase al celebrar una elección nacional que no «comprometió significativamente con los líderes prodemocráticos».
