Este miércoles, Nicola Sturgeon renunció como primera ministra escocesa, diciendo que su dominio sobre su partido y el país ya no era el activo que alguna vez fue en la lucha por una Escocia independiente. Hasta que se encuentre un sucesor, permanecerá en el cargo.
La política de 52 años, que ha sido primera ministra desde 2014, también anunció que renunciaría como líder del gobernante Partido Nacional Escocés (SNP), diciendo que «una cara nueva tendría más posibilidades de superar la división política», y que se había vuelto demasiado divisiva, y demasiado cansada, para seguir liderando esa lucha.
Sturgeon se convirtió en líder del SNP tras un referéndum de independencia en el 2014, cuando Escocia votó con un 55 % contra un 45 % para seguir siendo parte de Reino Unido. Pero en los últimos meses ha sido superada por el gobierno del primer ministro Rishi Sunak en los intentos de celebrar un segundo referéndum. También se ha visto envuelta en una disputa sobre los derechos de las personas transgénero.
En una conferencia de prensa en Edimburgo, Sturgeon dijo que, si bien creía que había un apoyo mayoritario a la independencia en Escocia, el SNP necesitaba solidificar y hacer crecer ese apoyo. «Esta decisión procede de una evaluación más profunda y a más largo plazo», indicó, añadiendo que había estado luchando con la decisión durante semanas, informó Reuters.
«Dar absolutamente todo de ti misma a este trabajo es la única manera de hacerlo», comentó Sturgeon. «Pero la verdad es que nadie puede hacerlo durante tanto tiempo. Para mí, ahora corre el riesgo de ser demasiado tiempo», agregó. «Mi decisión proviene de un lugar de deber y de amor», finalizó.
