Sergio Berni volvió a tener su aparición luego luego de lo que fue la golpiza recibida por parte de los colectivos. El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires admitió que ya sabía lo que podía suceder porque «había gente que venía a provocar». Pese a las advertencias, se quedó en el lugar porque «huir no era una opción».
El funcionario bonaerense fue el protagonista de toda la jornada del lunes. «Primero quiero expresar mi solidaridad a toda la familia del chofer que fue brutalmente ejecutado. Luego, tengo que decir que ni siquiera los testigos dicen que fue un simple robo. Ahí mismo fusilaron desde el estribo a un trabajador. Por eso, estamos trabajando para dar con los asesinos», explicó en C5N.
En relación al linchamiento, Sergio Berni afirmó que sabía lo que le podía suceder si iba a intentar dialogar: «Cuando vi las caras, uno lo olfatea, supe que había gente que venía a provocar: internas de la UTA y activistas políticos. Cuando enfrento todo, vi que me pegaron desde arriba. Entonces, busqué la pared para tener un flanco protegido y mientras tanto eran piñas y patadas», sostuvo.
El ministro de Seguridad de Buenos Aires no solo habia percibido un clima enrarecido, sino que le habían avisado que era peligroso dialogar con los choferes: «Cuando llego ahí, me dijeron que era una emboscada, que se pudría todo y terminaba mal. Yo siempre voy al frente, huir no es una opción. No hay que tenerle miedo a los conflictos, a los gritos. Uno está ahí», ratificó.
Pese a los proyectiles recibidos, a los puñetazos absorvidos por su rostro, Sergio Berni se mostró compungido por el asesinato del colectivero: «Si me preguntan cómo estoy, no estoy mal sino muy mal. El dolor es del alma, como cada vez que nos matan a un ciudadano de la provincia de Buenos Aires. El resto son golpes que en la vida uno está acostumbrado», sentenció.