La “guerra” contra la inflación declarada el año pasado por el presidente Alberto Fernández no va de la mejor manera. La gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía, tampoco. Pues, este viernes, el Indec informó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo fue de 7,7%. Casi restándole importancia a una cifra que genera preocupación a nivel general, la ministra de Trabajo, Raquel ‘Kelly’ Olmos, realizó una afirmación tan curiosa como insólita sobre la relación salarios-inflación.
En declaraciones a AM 750, Olmos aseguró que en el salario formal de los trabajadores de los sectores público y privado “no tuvieron pérdida adquisitiva desde el 31 de diciembre hasta el 31 de marzo”. Además, lejos de asumir la responsabilidad por el IPC más alto de esta gestión, la funcionaria indicó que se explica por la “situación estructural de escasez de divisas”, que adjudicó al gobierno de Mauricio Macri y al impacto de la sequía en las reservas del Banco Central (BCRA).
“Este 7,7% de inflación tiene que ver con las condiciones en que recibimos el gobierno y ahora con la sequía, que impactó muy fuerte en el ingreso de divisas y en los del Estado”, remarcó la titular de la cartera laboral. También se refirió a las paritarias en curso. Al respecto, Olmos explicó que desde Trabajo buscarán habilitar todos los pedidos de revisión que se formulen, por los altos niveles de inflación.
“Hay que reducir los plazos (de negociación paritaria) para que no se afecte la capacidad de recuperación de los salarios”, declaró. Y agregó: “El (salario) formal lo estamos siguiendo mes a mes, no perdemos la atención del tema”. “Con relación al sector informal, la respuesta del Gobierno ha sido aumentar el monto de la Tarjeta Alimentar en un 35%”, comentó la ministra de Trabajo.
La funcionaria sostuvo que “el salario no puede ser la variable de ajuste” y que “no es con más nominalidad que se resuelve la inflación”. A lo cual, Olmos completó: “No es que los gremios se opongan a un mayor ingreso de sus trabajadores, al contrario, ellos impulsan los aumentos. Es muy importante bajar la alta inflación que afecta el estado de ánimo”.
Inflación sin tregua
La inflación no da tregua. En enero de este año, el IPC fue de 6%, mientras que los precios de los alimentos subieron 9,8%. Febrero no quiso ser menos y quedó en 6,6% la inflación, en tanto los alimentos treparon a 6,8%. Finalmente, el IPC informado el viernes por el Indec arrojó 7,7%, con una suba de 9,3% en alimentos. No obstante, en el tercer mes del año el rubro que registró el mayor aumento fue Educación (29,1%) “por las subas en todos los niveles educativos al inicio del ciclo lectivo”, se indicó.