Alfredo Leuco se refirió a la carrera de Ernesto Sábato en su editorial pausando la vorágine de la actualidad política. En su programa reciente por Radio Mitre, el comunicador homenajeó al afamado escritor repasando parte de su vida y también la obra que dejó tras su partida de este plano.
En primer lugar, Alfredo Leuco remarcó: “Este domingo se cumplen 12 años de la muerte de Ernesto Sábato. En plena feria del libro y en el medio de la hecatombe política, su figura se potencia. Nunca debemos olvidar a patriotas como Sábato. Ya pasaron doce años y extrañamos tanto a Sábato. Lo necesitamos porque era un imprescindible para salir definitivamente de esta trampa de autoritarios y ladrones y recuperar el valor de la palabra y la dignidad de los honestos”.
“Don Ernesto vivió y escribió gran parte de su obra en su casa-templo de Santos Lugares. En su momento, su hijo Mario, dijo que Don Ernesto no murió, que se trata de una exageración burocrática y llamó a que se sumen todos los que quieran preservar ese legado. Gracias don Ernesto. Por haber elegido las palabras frente a los números, la fantasía frente a la ciencia y la libertad frente a la noche. La última vez que lo ví me di cuenta que usted ya sabía que dios le había reservado, igual que siempre, sus santos lugares”, expresó después.
Y añadió: “Santos Lugares para vivir y soñar con el escritor y sus fantasmas. Santos Lugares para ir a descansar con sus huesos. Dicen que muchos seres humanos con un solo párrafo bien escrito, justifican su existencia. Si así fuera, en su caso, yo elijo este: ‘solo quienes sean capaces de sostener la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido’.
Para finalizar, Alfredo Leuco expreó: “Hijo de calabreses, tuvo diez hermanos. Su conciencia ciudadana flota en nuestro combate cotidiano para defender la República y los valores frente a los patoteros y ladrones de estado. Don Ernesto fue un pequeño gran hombre que nos enseñó mucho como ser una Nación respetada y respetable. Este programa venera la palabra, incluso desde su título. La palabra como instrumento de educación y belleza, de ética del compromiso y estética. Le doy mi palabra que Sábato, murió de madrugada y fue velado por sus vecinos en el club social y deportivo de todos sus días. Jaime Roos me ayuda a decir que “dicen que se fue/dicen que esta acá/dicen que se ha muerto/ dicen que volverá/. Me gusta decirle don Ernesto. Es nuestra memoria colectiva”.