China y Canadá se han visto envueltos en los últimos días en una disputa que se intensifica rápidamente, luego de las revelaciones de los periódicos de que Beijing había atacado a un legislador canadiense por sus puntos de vista críticos sobre el país.
Es solo el último altercado diplomático entre las dos naciones, cuyos lazos se deshicieron en 2018 después de que Canadá arrestó a la directora ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, como parte de un esfuerzo de extradición liderado por Estados Unidos. Por su parte, China detuvo a dos canadienses bajo sospecha de espionaje.
Si bien Meng y los canadienses fueron liberados desde entonces, los lazos entre Beijing y Ottawa siguen siendo fríos. En noviembre, el presidente chino, Xi Jinping, se enfrentó al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en la cumbre del G20 en Bali, acusándolo de filtrar detalles de una reunión privada.
El 1 de mayo, el periódico Globe and Mail, con sede en Toronto, informó que los servicios de inteligencia habían descubierto amenazas contra el legislador Michael Chong y su familia, con sede en Hong Kong, en represalia por una moción aprobada en el parlamento de Canadá en 2021 que calificaba a China como tratamiento de su minoría étnica uigur como «genocidio», informó Bloomberg.
El informe provocó una tormenta de fuego en Canadá, con Chong furioso porque la agencia de inteligencia no lo había notificado antes. Trudeau expresó a los periodistas que no había sido informado sobre el asunto. Más tarde se supo que al menos uno de los asesores de seguridad del premier había sido informado, incluso si el propio primer ministro no lo había hecho.