Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los periodistas más tajantes, directos y a la vez polémicos de los medios de comunicación de nuestro país. Eduardo Feinmann ha sabido muy bien de qué manera ganarse el cariño de la gente que lo sigue desde hace años. Sin embargo, esta vez no fue noticia por sus editoriales en Radio Mitre ni en La Nación+, sino por algo completamente diferente.
En diálogo con República Z, se refirió a su pequeña hija Esmeralda, fruto de su relación con Lucía Auat. «La llegada de mi hija no cambió nuestros horarios. La casa se adaptó un poco a mi, también. Pero lo que pasa es que es una disciplina: levantarse a las 4 de la madrugada es una disciplina, como hacer un deporte. Me acuesto a determinada hora», comenzó asegurando.
«Nunca me duermo después de las 11 de la noche, trato de hacerlo antes… Pasa que termino en la tele 8 y media, hasta que llego a casa, como algo… Y dormir no es apoyar la cabeza y te dormís, es imposible. Está durmiendo bien. Se duerme a las 9 de la noche y se levanta a las 7 y media, es un relojito. Me pasaba cuando yo era chico con mis padres. Yo era complicado. Muy complicado. Era complicado», apuntó.
Sin tapujos, Eduardo Feinmann fue por más. «De chico y en la adolescencia también. Era un chico bravo, pero no de pelearme… Siempre los hijos tratan de pelear con los padres. A mi papá no le gustaba nada que yo haya querido ser periodista. Fue un acto de rebeldía seguir lo que él no quería. Él me decía que no es trabajo hablar en una radio, en un canal de televisión. Que eso era ‘de vago’. Después, con el tiempo, me pedía por favor que no trabaje tanto», afirmó.
«Ya llegó la primera comunicación del colegio. Parece que la niña tiene alguna cosa particular: le roba las galletitas a sus compañeros. Es muy chiquita, tiene un año y medio, ni sabe lo que es quedarse con lo de los demás, no tiene ni idea», lanzó dejando a todos con la boca abierta. «¿Y su un día te llaman y te dicen que tu nena tomó el jardín?», le preguntaron. «Y, voy a tener que mandar un móvil y hablar con ella como presidente del centro de estudiantes… Bueno, Lanata dice que me va a pasar eso. Que va a ser zurdita y charutera. Y bueno, todo puede ser», finalizó Feinmann tomándose con humor.