Los presidentes sudamericanos se reúnen este martes en la capital de Brasil para celebrar su primera cumbre en casi una década por invitación del líder izquierdista Lula da Silva, quien pretende recuperar el papel activo de su país en los asuntos regionales.
Las divisiones ideológicas socavaron un intento anterior de cooperación regional llamado Unasur, creado por presidentes de izquierda en 2008, que fracasó cuando varios países eligieron gobiernos de derechas, creando fisuras diplomáticas en el continente.
Los presidentes invitados de los 12 estados soberanos del continente, excepto Perú, debatirán formas de coordinar la lucha contra el cambio climático y la elevada inflación en una región donde la pobreza y el hambre van en aumento. «No decidiremos nada en la reunión de mañana, se trata solo de discutir posibilidades», expresó Lula el lunes junto al presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Lula dijo que los líderes no tenían que recrear una nueva Unasur, sino que podían idear otro tipo de organización. La Unasur se creó durante la anterior presidencia de Lula, junto con los entonces mandatarios izquierdistas de Venezuela y Argentina, Hugo Chávez y Cristina Kirchner. Pero su última reunión fue en 2015, cuando las divisiones comenzaron a paralizar al grupo y la diplomacia sudamericana se vio marcada por gobiernos divididos entre izquierda y derecha.
En 2019, cuando el péndulo político de la región giraba en sentido contrario, se originó el bloque de derecha ProSur, formado por los entonces presidentes de Chile y Colombia, Sebastián Piñera e Iván Duque. También estaban el brasileño Jair Bolsonaro y el argentino Mauricio Macri, junto a los mandatarios conservadores de Ecuador, Perú y Paraguay. Ese grupo también ha perdido fuerza a medida que las elecciones han hecho que varios de esos gobiernos vuelvan a la izquierda.