El cierre de dos antiguos pabellones de salud mental en el Hospital Alejandro Korn de Melchor Romero por parte del Gobierno de Axel Kicillof ha generado polémica. Desde el Ministerio de Salud bonaerense compararon las instalaciones con un centro clandestino de detención y lo clausuraron bajo un cartel político: «¡Manicomio Nunca Más!». Las asociaciones de psiquiatras cuestionaron la comparación y advirtieron que el cierre de salas no construye una nueva concepción en la atención de los trastornos mentales.
«Desde finales de la década de 1960 hasta abril de 2023, funcionó aquí un pabellón de encierro manicomial. En el día de la fecha, se cierra definitivamente como espacio de vulneración, destinado a nuevos usos para garantizar derechos a nuestro pueblo. En la memoria de cientos de personas que vivieron, sobrevivieron y murieron aquí. ¡Manicomio Nunca Más!”, expresó el polémico cartel que se hizo viral en las redes sociales.
La Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) afirmó: «El cierre de una sala de internación fue coronado con la instalación de un texto agraviante por lo que intenta insinuar. La psiquiatría asilar, y el consecuente hacinamiento, fue una distorsión producida por la absoluta falta de respuesta terapéutica. A partir de los avances de la psicofarmacología y los programas de salud mental comunitaria que se iniciaron en la década del 1960 fue posible iniciar el camino que hoy recorremos en forma vigorosa, hacia una salud mental moderna».
«Asumir, como se insinúa, que los psiquiatras que trabajaban en esos tiempos son cómplices de violaciones a los derechos humanos es una provocación a la nos hemos acostumbrado, pero no podemos dejar pasar ni normalizar», apuntaron desde la AAP molestos por la falta de obejtividad en los funcionarios bonaerenses que clausuraron parte de las instalaciones de la institución pública.
Luego, otra agrupación conocida como la Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA) se sumó al repudio y señaló: «No es lo mismo una sala de internación psiquiátrica que un centro clandestino de detención y tortura. No es cerrando dispositivos que se construye una nueva concepción en la atención de los trastornos mentales. No es con carteles autocelebratorios que se sientan las bases de un modelo comunitario de comprender, cuidar y promover la salud mental”.
La Asociación Gremial de Psiquiatras de la Capital Federal (AGP) también se pronunció y dijo: “Hoy, todos estamos abocados al tratamiento de los trastornos mentales graves de la mejor manera posible. El prejuicio ideológico enmascara la grave crisis sanitaria y la vulneración de derechos cuando se niega la atención psiquiátrica, se miente sobre las verdaderas funciones de una institución de internación y se cierran hospitales especializados en salud mental, lo que deja sin recursos asistenciales al paciente y su familia”.