El femicidio de Cecilia Strazyzowski en Chaco destapó negocios ocultos e impunidad de parte de la familia de Emerenciano Sena en complicidad con el gobernador, Jorge Capitanich. En un principio se pensó que era un caso aislado pero, poco a poco, se conoció que los métodos violentos eran moneda habitual para esta familia.
María Soledad Vega trabajó para los Sena y recordó como fueron sus días allí: «Empecé a trabajar en el año 2009. Lo primero que hicimos fue tomar La Rubita y tomar Campo de Tiro –son dos barrios de la zona sur de Resistencia-. Ahí empezamos a trabajar como empleados de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Se trabajó un año y me accidenté trabajando ahí. Encima, en esa época, le amputaron las piernas a mi madre y me tuve que ir a Roque Sáenz Peña. Ella tenía diabetes. Cuando volví no me dejaron incorporar más. Me echaron como a un perro», inició.
«La tortura era habitual. Se adueñaban de todos los beneficios de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Habían firmado un convenio con Hebe de Bonafini. Sena, supuestamente, cobraba como un obrero más, como un compañero de nosotros… pero la verdad era otra», denunció la mujer que conoce a Emerenciano Sena desde cuando era «un albañil común que no sabía hacer nada».
En este mismo sentido, la chica denunció que hubo complicidad de parte del Gobierno que «cuando se arma el problema con la Fundación Madres de Plaza de Mayo» le donaron los campos a esta familia y además «se quedaron con 18 casas de la Fundación y con todos los bienes de las Madres» en Chaco, donde incluso un día fue Sergio Schoklender por un conflicto.
Sobre este suceso, Vega recordó que los Sena se pelearon con Schoklender «por los seis millones de pesos que le habían dado para el relleno de suelo de La Rubita, porque las viviendas se tenían que hacer ahí. Pero se hacen en Campo de Tiro. Teníamos que custodiar la obra desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, de ahí nos llevaban a Campo de Tiro porque él nos encerraba, cerraba la tranquera, no nos dejaban ir. Él hacía reuniones que nos torturaba, éramos “prostitutas”, nos bajaba el autoestima con insultos, amenazas y con los “perros” de ellos que nos controlaban a nosotros. Los fines de semana teníamos que vender pollos para pagar un aporte para Emerenciano», lamentó.
Chaco: Jorge Capitanich y Emerenciano Sena eran socios
Por otro lado, la denunciante sostuvo que el gobernador de Chaco «sabía todo» y que en su momento «cayó el intendente Leiva de la localidad de San Martín, por las tarjetas alimentar. Estaba Omar Judis, que era el ministro de Infraestrucutra, un tal Jorge Franco que gestionaba los fondos. Sabían todos. Ellos fueron los que cedieron las tierras. Siempre está el gobierno», criticó.
«Son socios (Capitanich y Sena). Nosotros teníamos entrevistas con el gobernador, un día le hicimos bajar al gobernador: “Ustedes parecen una pandilla” nos dijo. Yo le contesté: “¿Por qué nos trata así, señor gobernador, si soy una obrera que solo reclama por un puesto de trabajo. Usted tiene dos hijas, ellas tienen para comer. Yo no. Necesito trabajar”. Él me dijo que con nosotros no se podía hablar y que estábamos formando una pandilla. Nosotros, los obreros, nos trataba como piqueteros y a Emerenciano, como a un rey. Él nos maltrataba pero los pandilleros éramos nosotros. Capitanich nos pagó dos meses y se quedó con él. Entre los trabajadores y Sena, se quedó con él», cuestionó Vega.
¿Se resolverá el caso Cecilia?
Por último, en NA le preguntaron a la mujer si se resolvería el caso de Cecilia y aseguró que así será porque «ellos creyeron que era el crimen perfecto. Nunca pensaron que la mamá de Cecilia tendría el apoyo del pueblo. Chaco pidió justicia porque acá no hay justicia. Sino aparecían los medios nacionales, esto no saldría adelante. La chica terminaría como una simple desaparecida. Conociéndolos, Marcela fue la asesina. Ella fue», cerró.