Tensión y millonarias sumas de subsidios en las elecciones 2023. La Dirección Nacional Electoral (DINE) anunció que subsidiará con millones de pesos la impresión de boletas para varios partidos políticos encabezados por candidatos poco conocidos, entre ellos, Julio Bárbaro, Guillermo Moreno y Mempo Giardinelli. Estas alianzas, que no superaron el 1,5% de los votos en las PASO 2021, recibirán dinero para financiar sus boletas, superando incluso la cifra destinada a Juntos por el Cambio.
La razón detrás de este desembolso millonario radica en un fallo de la Corte Suprema de Justicia que obliga al Estado a subsidiar a las alianzas políticas por cada competidor en la interna. Cuantos más competidores tenga una alianza, más fondos recibirá. La fórmula del subsidio es equivalente al costo de impresión de un padrón por cada competidor en cada categoría, abarcando desde las candidaturas presidenciales hasta los cargos parlamentarios.
El objetivo original de este fallo era garantizar la igualdad económica entre los precandidatos, especialmente aquellos pertenecientes a partidos de izquierda con recursos más limitados. Sin embargo, muchos han visto en esta situación una oportunidad de negocios, ya que la cantidad de candidatos en las elecciones ha aumentado considerablemente en comparación con años anteriores.
Este fenómeno ha llevado a situaciones insólitas, como la presencia de candidatos totalmente desconocidos en las boletas. Un ejemplo es la alianza de Guillermo Moreno, donde compite una mujer llamada Paula Lorena Arias de la que nadie sabe nada, ni siquiera hay una foto de ella en la boleta. El Estado que sigue gastando más dinero de lo que le ingresa y ahora opta por despilfarrar el esfuerzo de todos los argentinos en boletas de papel.
Elecciones 2023: lluvia de subsidios más gastos en controles fiscales
La controversia sobre el destino y el control de los fondos también está presente. Si bien la Cámara Electoral acordó trabajar con la AFIP para auditar el uso correcto de los recursos, la magnitud de la tarea es enorme, con más de 2.500 millones de boletas que deberían repartirse en las 104.000 mesas de todo el país. Ni siquiera es factible su control.
Con el dinero ya destinado a las impresiones de boletas, las miradas se centran ahora en cómo se utilizarán los fondos y si se garantizará una distribución justa y transparente. La polémica ha puesto en el centro del debate electoral el financiamiento de los partidos políticos y la necesidad de una regulación más estricta en este ámbito.
En este contexto, la sociedad argentina espera con ansias las próximas elecciones 2023, en las que se decidirá el futuro político del país. Mientras tanto, los candidatos y alianzas en disputa deberán enfrentar la desafiante tarea de convencer a los electores y ganarse su confianza en un escenario político cada vez más polarizado y exigente.