Pekín y las ciudades cercanas en China intensificaron este martes las labores de rescate y recuperación tras las lluvias e inundaciones generalizadas provocadas por los restos del tifón Doksuri, que interrumpieron el suministro energético y de alimentos y se cobraron la vida de al menos 20 personas.
El distrito de Fangshan, en Pekín, confirmó que desplegaría helicópteros para llevar alimentos, agua potable y suministros de emergencia a los pueblos de las zonas montañosas que han quedado aislados. En la cercana Tianjín, donde la lluvia se ha vuelto intermitente, 35.000 personas han sido evacuadas de sus hogares y el gobierno local fortificó las orillas de los ríos e intensificó la inspección y reparación de las líneas eléctricas, de agua y de comunicaciones.
Meituan, el gigante del reparto de comida a domicilio, también añadió personal y amplió los horarios de entrega, ya que los pedidos de verduras, carne y huevos aumentaron un 50% en su aplicación y las compras en general aumentaron un 20%, según medios.
El número de víctimas mortales en Pekín aumentó a 11 el martes y 13 personas seguían desaparecidas. En Hebei, nueve personas murieron y seis estaban desaparecidas. El presidente Xi Jinping exigió una búsqueda exhaustiva y esfuerzos de rescate para los desaparecidos o atrapados, dando instrucciones a las autoridades para minimizar las víctimas y restablecer las condiciones de vida a la normalidad tan pronto como sea posible, informaron medios estatales, informó Reuters.
Doksuri, una de las tormentas más fuertes que han azotado China en años, se debilitó a medida que se adentraba en el país y descargó precipitaciones ininterrumpidas en las ciudades del norte durante unos días. Las autoridades han advertido que persisten los riesgos de nuevas inundaciones y otros desastres geológicos.
Los ríos se han desbordado hasta alcanzar niveles peligrosos, lo que ha obligado a Pekín a utilizar un embalse de almacenamiento de agua por primera vez desde su construcción hace 25 años. Hasta el lunes por la noche, la capital china había precintado más de 100 rutas de montaña y evacuado a más de 52.000 personas de sus hogares.