Este lunes, Ucrania informó de intensos combates a lo largo de toda su línea del frente y de «cierto éxito» en hacer retroceder a las tropas de Moscú en una parte del sureste, donde las fuerzas ucranianas intentan retomar el territorio ocupado por Rusia.
El avance se ha visto obstaculizado por la extensión de los campos de minas rusos y las fuertes fortificaciones, declaró la viceministra de Defensa, Hanna Maliar. Sin embargo, el ejército ucraniano había avanzado en torno a la aldea de Staromaiorske, a unos 100 kilómetros al suroeste de Donetsk, en manos rusas, y «estaba presionando en dos frentes en el sur», dijo Maliar.
«Las tropas estaban luchando por el control del asentamiento vecino de Urozhaine», agregó. Un administrador designado por Moscú en una parte ocupada de la región ucraniana de Zaporiyia expresó el domingo que Kiev estaba intentando perforar las líneas rusas, ganando un punto de apoyo en ambos poblados.
Las fuerzas ucranianas han logrado avances graduales desde que iniciaron su esperada operación en junio. Pero los responsables de Kiev han reconocido que los progresos han sido más lentos de lo que hubieran deseado y se han visto obstaculizados por las rígidas defensas rusas, informó Reuters.
En su declaración de este lunes, Maliar describió la naturaleza de ese desafío. «Las Fuerzas Armadas se enfrentan a un minado completo del territorio, fortificaciones de cemento de las alturas clave. Además, de constantes bombardeos de mortero y artillería», dijo. «Además, los rusos están utilizando densamente la aviación», añadió.
Rusia sigue controlando alrededor de una quinta parte de Ucrania, incluida la península de Crimea, en el mar Negro, la región de Luhansk, en el este, y franjas de las regiones de Donetsk, Zaporiyia y Jersón. El territorio ocupado incluye la mayor parte de la línea costera de Ucrania y partes de su corazón industrial, el Dombás.
