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POLÍTICA

BRICS: líderes de las economías emergentes aprobar el ingreso de Argentina

El debate sobre la ampliación del bloque formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha encabezado la agenda de una cumbre en Johannesburgo.

El grupo de naciones BRICS decidió en una cumbre celebrada esta semana en Johannesburgo invitar a seis países, entre ellos a Argentina, a convertirse en nuevos miembros del bloque, confirmó este jueves el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa. Otros países que fueron invitados a formar parte del bloque fueron Egipto, Irán, Etiopía, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.

El debate sobre la ampliación del bloque formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha encabezado la agenda de una cumbre de tres días en Johannesburgo que finaliza este jueves. Aunque todos los miembros de los BRICS han expresado públicamente su apoyo al crecimiento del bloque, hubo divisiones entre los líderes sobre cuánto y con qué rapidez.

El mensaje desde el Gobierno

La vocera presidencial Gabriela Cerruti confirmó la noticia a través de las redes sociales: «El grupo de economías emergentes BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) ha acordado el ingreso en el bloque de Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Comienza una nueva era en el protagonismo del Sur global».

En tanto, anunció que «el presidente Alberto Fernández participa ahora de la cumbre BRICS. A las 08:00 se dirigirá a los argentinos a través de los parámetros de Casa Rosada para compartir la trascendencia de este momento». Por su parte, el mandatario brasileño Lula da Silva le dedicó un mensaje en sus redes sociales a su par argentino: «Dedico un mensaje especial al querido Alberto Fernández, Presidente de Argentina y gran amigo de Brasil y del mundo en desarrollo».

Entre las naciones interesadas en formar parte del bloque se encontraba Argentina, ya que representa una oportunidad de desarrollo financiero y económico, al tiempo que podría ayudar a dar influencia global a los BRICS en un momento en que la polarización geopolítica está estimulando los esfuerzos de Pekín y Moscú para convertirlo en un contrapeso viable para Occidente.