Amalia Granata pasó sus primeros cuatro años como diputada de Santa Fe, con perfil bajo y en soledad. Ahora, la panelista renovó su bancada junto a otros seis diputados y está decidida a no pasar desapercibida. Esta semana inició una serie de reuniones con el fin de acercar posiciones para pelear la presidencia de la Cámara de Diputados.
Ya tendría asegurados unos 24 votos que apoyarían su designación. Hay diputados del mismo bloque oficialista que ingresarán en la lista que encabeza la socialista Clara García, que se resisten a votarla como presidenta de la Cámara, informó La Política Online.
En ese escenario, Granata se sube a la pelea y argumenta que en las PASO fue la segunda más votada, debajo de Omar Perotti si se toma en cuenta los votos por persona, sacándole casi 50 mil votos a la socialista. De hecho, el rumor de que el actual gobernador no asumiría su banca comenzó a cobrar mayor fuerza en las últimas horas y por ello, Amalia aceleró el plan.
Desde el bloque Somos Vida aseguraron que Granata tendría el acompañamiento de los siete legisladores propios y se sumarían los diez votos del peronismo, los dos libertarios presididos por Juan Argañaraz, el exsocialista Rubén Giustiniani y hay otros cuatro diputados que ingresaron en la lista de Clara García que tuvieron contacto con Amalia y acompañarían la propuesta.
Si la panelista logra fidelizar esos votos, quedaría a solo dos de juntar la mayoría simple que requiere la elección. Ahora se abre un panorama de incertidumbre para el socialismo que dominó la Cámara Baja desde hace años. De hecho, el radical José Corral es otro de los interesados en la disputa, aunque el diputado electo lo niega. Sin embargo, previo a las elecciones generales, Corral mantuvo una reunión secreta con Granata, donde charlaron sobre la presidencia de la Cámara.
Ganar la presidencia
Con el objetivo de ganar la presidencia, Granata puso énfasis en la manera en que los socialistas administraron durante estos años la Cámara donde. Según la diputada, hubo un reparto inequitativo de los recursos donde los legisladores afines eran más beneficiados con subsidios y contratos que el resto de los bloques.
En efecto, Amalia les prometió a los aliados circunstanciales una gestión más razonable y ecuánime entre toda la Cámara. El tema no es menor y el Partido Socialista logró financiarse durante los cuatro años que estuvo afuera del poder a través de la presidencia de Diputados, sostienen en Somos Vida.
