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Bombardeo israelí alcanza una iglesia ortodoxa en Gaza

Desde el 7 de octubre han muerto 3.785 palestinos, entre ellos más de 1.500 niños, según las autoridades palestinas.

Israel

Este viernes, Israel arrasó un distrito del norte de Gaza tras dar a las familias un aviso de media hora para que huyeran y atacó una iglesia cristiana ortodoxa en la que se habían refugiado otras personas, al tiempo que dejó claro que se espera una orden de invasión del enclave palestino en breve.

Israel ha prometido acabar con el grupo islamista Hamás, que gobierna Gaza, después de que sus hombres armados irrumpieran el 7 de octubre a través de la valla que rodea el enclave y mataran a 1.400 personas, en su mayoría civiles. «Ahora ven Gaza desde la distancia, pronto la verán desde dentro. La orden llegará», expresó el ministro de Defensa, Yoav Gallant, a las tropas reunidas en la frontera de Gaza.

Tel Aviv ha bombardeado el enclave palestino con ataques aéreos y ha sometido a los 2,3 millones de habitantes del enclave a un asedio total, prohibiendo los envíos incluso de alimentos, combustible y suministros médicos. Desde el 7 de octubre han muerto 3.785 palestinos, entre ellos más de 1.500 niños, según las autoridades palestinas.

La ONU afirma que más de un millón se han quedado sin hogar. Israel ya ha ordenado a todos los civiles que evacúen la mitad norte de la Franja de Gaza, que incluye la Ciudad de Gaza. Muchas personas aún no se han ido porque temen perderlo todo y no tienen ningún lugar seguro al que ir, ya que las zonas del sur también están siendo atacadas, informó Reuters.

El Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén, principal confesión cristiana palestina, manifestó que las fuerzas israelíes atacaron la iglesia de San Porfirio en la Ciudad de Gaza, donde cientos de cristianos y musulmanes habían buscado refugio. La oficina de medios de comunicación del gobierno de Gaza, dirigido por Hamás, confirmó que habían muerto 18 palestinos cristianos.

La iglesia no se pronunció de inmediato sobre el número definitivo de víctimas mortales y afirmó que atacar iglesias que sirven de refugio a personas que huyen de los bombardeos es «un crimen de guerra que no puede ignorarse». El ejército israelí dijo que parte de la iglesia había resultado dañada en un ataque contra un centro de mando militante y que estaba revisando el incidente.