Siempre dispuesta a decir lo que piensa, sin filtros ni tapujos, de esta manera es como se la puede escuchar a Cristina Pérez, una de las periodistas más importantes de nuestro país, quien se desempeña como conductora tanto en el noticiero central de Telefe como así también en su programa de Radio Rivadavia, Cristina Sin Vueltas.
Allí justamente fue donde analizó lo que está pasando en el escenario político de cara al balotaje del 19 de noviembre. “La de Juntos por el Cambio es una división que pendula entre los mismos polos que pendula el poder. Y tendrá definición final cuando se defina el poder, es decir, cuando se defina quién será el nuevo presidente. El loteo de la coalición Pro-UCR que quedó en el centro del espectro entre Massa y Milei era algo que no sólo ellos tensionaban buscando dividirlos, sino que ya existía internamente por diferencias ideológicas. Hoy son como un matrimonio que mantiene las formas para no formalizar el divorcio”, comenzó diciendo.
“Aquella foto de Sergio Massa en la que, increíblemente, en plena campaña, aparecieron los gobernadores Gerardo Morales y Gustavo Valdez, ya anticipaba lo que algunos ven hoy como el comienzo de la traición a Patricia. La otra confirmación vino del propio Massa, con la zanahoria del gobierno de unidad nacional. El que sepa leer, que lea: la unidad nacional es convocar a opositores. Y esos opositores son los radicales que simpatizan con Massa. Hay quienes ya hablan de radicales M como hubo radicales K. Algunos parecieron autoconvocarse: el apoyo legislativo de Emiliano Yacobitti a algunas iniciativas de Massa, también anticipaba la predisposición”, lanzó.
Sin rodeos, Cristina Pérez fue por más. “En estas horas, el diputado radical dio a entender que votará por Sergio Massa. Pero si el apoyo de Bullrich a Milei pareció rápido, qué decir de lo que pasó en el bunker de Juntos por el Cambio el domingo a la noche cuando ni siquiera se había reconocido la derrota. En un momento, los radicales Gerardo Morales y Martin Lousteau según una dirigente que estaba allí, “arrinconaron” a Patricia y la conminaron: “Macri no va más”, le dijeron. No sólo eso, buscaban también moldear el tono del mensaje que daría la candidata, intentando evitar que incluyera un apoyo a La Libertad Avanza”, comentó.
“La sintonía ideológica entre Patricia y Mauricio siempre fue clara. Lo que había abierto cierta tensión entre ellos era que, al ser la candidata, le correspondía a ella asumir el liderazgo. Y que los coqueteos de él con Javier Milei, restaron más que sumar durante la campaña. Ahora, los une de nuevo un objetivo común: el cambio versus la continuidad kirchnerista y evitar que Massa llegue al poder. Ambos supieron que, si no marcaban posición antes, los iban a primerear con llamados a la neutralidad, que para Macri y Bullrich son lo mismo que apoyar a Massa”, aclaró.
“Por eso la rapidez y el shock que en todo el arco político provocó la conferencia urdida en una reunión de medianoche en la que Patricia Bullrich y Javier Milei se encontraron cara a cara por primera vez luego de la elección. Del lado de Massa, el ministro candidato, fortalecido por su triunfo a pesar del desastre económico, buscará consolidar el apoyo de gobernadores, sindicalistas y sumar a sectores radicales. Otra de las claves de su campaña será volver a ser al menos en apariencias, aquel Massa de 2015, que ofrecía la ancha avenida del medio. La batalla final acaba de comenzar”, sentenció Cristina Pérez.