La pérdida más significativa para las Fuerzas Armadas desde la Guerra de Malvinas cumple 6 años, recordando la tragedia del ARA San Juan, que se hundió en el Atlántico Sur el 15 de noviembre de 2017, cobrándose la vida de los 44 tripulantes a bordo. La desaparición de la nave, atribuida a una serie de desperfectos técnicos, ha dejado un legado de dolor y ha motivado una serie de acciones judiciales.
El ARA San Juan, construido en la década de 1980, sufrió una reparación de media vida entre 2007 y 2014. A pesar de los trabajos realizados, en noviembre de 2017, la nave reportó un problema eléctrico y un principio de incendio. Las advertencias sobre la necesidad de reparaciones adicionales fueron ignoradas, y la tragedia se desencadenó.
Las operaciones de búsqueda y rescate involucraron a numerosos países y navíos, pero la situación se volvió desesperada cuando se confirmó una «explosión/implosión» detectada por la Marina de los Estados Unidos y la CTBTO. Finalmente, la empresa Ocean Infinity logró encontrar los restos del submarino a más de 900 metros de profundidad, confirmando las peores expectativas.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, las actuaciones gubernamentales y de los mandos superiores de la Armada resultaron en juicios penales y sanciones disciplinarias, pero las consecuencias legales no se hicieron esperar. En 2019, una Comisión Bicameral estableció «una clara responsabilidad política y administrativa» del entonces ministro de Defensa nacional, Oscar Aguad, y sus funcionarios en el hundimiento.
En febrero de 2020, la jueza Marta Yáñez procesó a seis altos oficiales navales por su papel en el desastre. En un giro reciente, la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia ordenó ampliar la investigación sobre las responsabilidades del expresidente Mauricio Macri, Aguad y el entonces jefe de la Armada, Marcelo Srur. Este trágico aniversario destaca la necesidad de esclarecer los hechos y encontrar justicia para las víctimas del ARA San Juan.
La desaparición del ARA San Juan
La implosión ocurrió como resultado de una serie de eventos y desperfectos técnicos que llevaron al ingreso de agua de mar en el submarino. Este ingreso de agua generó un cortocircuito y un principio de incendio en el balcón de la barra de baterías, lo que a su vez provocó una serie de problemas críticos en el funcionamiento del submarino.
El ingreso de agua de mar y la combinación de factores como el cortocircuito y el incendio pudieron haber alterado significativamente las condiciones internas del ARA San Juan. La implosión ocurrió cuando las condiciones de presión externa superaron las condiciones internas del submarino, lo que llevó al colapso estructural del casco del submarino.
