Alberto Fernández inició esta semana el trámite de su jubilación. Se trata de un beneficio que le dará al exmandatario cerca de 7 millones de pesos por mes. «Cobraría aproximadamente 6.000 de dólares mensuales», fue el primer dato de Eduardo Feinmann al aire de Radio Mitre.
Feinmann calificó al expresidente como «un caradura» por haber solicitado a la ANSES que comience con las gestiones de su pensión honoraria por los cuatro años en los cuales fue presidente de la Nación. En diálogo con la diputada porteña Graciela Ocaña acotó: «Es un sinvergüenza».
«Que Alberto se atreva a pedir una jubilación por su gestión, que ha sido desastrosa, con la fiestita de Olivos y el vacunatorio VIP, por recordar algunos de sus hitos y los más de 100 causas judiciales que se están tramitando por denuncias que recibió en los 4 años de mandato», aseguró legisladora porteña Graciela Ocaña.
Según la legisladora, «tampoco es de extrañar que Alberto sea un sinvengüenza que haya pedido este beneficio». «Lo hizo justamente los días previos en que seguramente el Congreso elimine y ojalá, para siempre, este privilegio que han tenido los presidentes y los vicepresidentes, de cobrar ingresos que son muy superiores a las jubilaciones y pensiones que hoy están recibiendo la mayor parte de los jubilados argentinos», aseguró.
«Entendemos que no están configurados uno de los dos requisitos que exige la ley que otorga estas jubilaciones especiales de privilegio», remarcó Ocaña, quien indicó que «el requisito indica que debe residir en Argentina. Claramente, en muchos reportajes, Alberto ha dicho que se iba a radicar en España, cosa que aparentemente ha hecho a partir del 21 de diciembre».
«Vamos a pedirle a la ANSES que se abstenga. Es una vergüenza y una cachetada a los jubilados», concluyó la legisladora. En este contexto, la denominada Ley Ómnibus plantea la eliminación de las pensiones comprendidas por la ley 24.018, que incluye las jubilaciones de privilegio para expresidentes y exvicepresidentes.