El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha anunciado una nueva reducción en la tasa de interés por segunda semana consecutiva, dejándola en un 50% anual, lo que representa un 4,2% mensual. Esta es la quinta vez que la tasa de interés se reduce desde que Javier Milei asumió como presidente de la Argentina.
La medida se tomó considerando que la inflación está disminuyendo más rápido de lo previsto, lo que tendrá un impacto en los plazos fijos y otros instrumentos financieros. El BCRA explicó que esta decisión se basa en el contexto financiero y de liquidez, así como en el rápido ajuste de las expectativas de inflación, el fortalecimiento de la disciplina fiscal y el impacto monetario derivado de los pagos externos del Tesoro en curso.
Con esta última reducción, la tasa de política monetaria del BCRA ha alcanzado su nivel nominal más bajo desde junio de 2022, pero sigue siendo más alta que la que tuvo el Gobierno de Alberto Fernández con Martín Guzmán como ministro de Economía y Miguel Ángel Pesce de presidente del Banco Central.
Esta tasa se utiliza para remunerar los bonos emitidos por el Banco Central, lo que afecta directamente la tasa de interés que los bancos ofrecen a sus clientes en plazos fijos. La caída en la tasa de interés también significa que los rendimientos ofrecidos por los instrumentos financieros estarán por debajo de la inflación presente, aunque se espera que la inflación mensual aún no alcance el 4 por ciento en mayo.
Sin embargo, el BCRA señala una expectativa de evolución de los precios para los próximos meses. Además, esta reducción alinea más el costo del dinero con el ritmo de actualización del tipo de cambio oficial, que ha sido del 2% mensual desde diciembre. Esto significa que el atraso cambiario frente al Índice de Precios al Consumidor (IPC) comenzará a ser mucho más lento, después de acumular cierto rezago en los primeros meses tras la devaluación inicial.
Los beneficios de bajar la tasa de interés
Con tasas de interés más bajas, los préstamos bancarios, como los créditos hipotecarios, personales o para empresas, serán más accesibles y menos costosos. Esto puede fomentar la inversión y el consumo, ya que las personas y las empresas pueden acceder a financiamiento a tasas más accesibles.
Al tener tasas de interés más bajas, las personas pueden sentirse más incentivadas a consumir y a invertir, ya sea en bienes duraderos como automóviles o electrodomésticos, o en proyectos empresariales. Esto puede impulsar la actividad económica y generar crecimiento.