El Gobierno nacional confirmó que analiza postergar el aumento de tarifas energéticas previsto para los meses de invierno en virtud de que los resultados fiscales son mejores de los previstos. “Aún no tomamos ninguna determinación todavía, pero puede ocurrir”, señaló el vocero presidencial Manuel Adorni al ser consultado al respecto durante su conferencia de prensa diaria en la Casa de Gobierno.
“El recorte del gasto público de shock que hicimos para equilibrar las cuentas tuvo resultados más veloces de lo esperado”, afirmó el portavoz presidencial. En base a este escenario, señaló que “cuando tenés superávit fiscal podés dosificar como debe recaer el peso (de los ajustes) en determinados sectores de la sociedad y no ponerles una espada en el cuello”.
“No tomamos ninguna determinación todavía pero puede ocurrir, que con superávit fiscal podamos ir ajustando algunas cuestiones y acomodando para que efectivamente no haya un peso adicional sobre la gente”, añadió Adorni en su habitual conferencia de prensa.
«No tomamos ninguna determinación todavía pero puede ocurrir, que con superávit fiscal podamos ir ajustando algunas cuestiones y acomodando para que efectivamente no haya un peso adicional sobre la gente», sostuvo el vocero presidencial.
Las tarifas más altas de los últimos 30 años
Durante su presentación ayer ante el CICyP el Presidente Javier Milei admitió que en los primeros meses de su gobierno se había “sobre reaccionado el ajuste” en virtud de la situación heredada. Para los próximos meses estaban programados una serie de aumentos pendientes que ahora volverán a postergarse.
En febrero de 2024, el gasto en electricidad de los hogares en Argentina representó el 3,45% de un sueldo promedio desestacionalizado del sector formal, el valor más alto de los últimos 30 años. Esto es consecuencia del aumento significativo de las tarifas de servicios públicos y la caída del salario real en el último período, según un informe de la UADE.
El costo es de US$ 0,11 por kWh (hasta el año pasado, en marzo, la misma tarifa era de 0,04 centavos de dólar) y de US$ 27,5 si se considera la canasta básica de 250 kWh. El valor promedio de esta misma canasta en todo el mundo es de US$ 42,5 (USD 0,17 por kWh), con lo cual la canasta argentina es US$ 15 más barata.