El Gobierno de Venezuela revocó una invitación a observadores de la Unión Europea para las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio, declaró el martes el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso. Este anuncio pone un nuevo manto de sospecha sobre la transparencia de los comicios.
Como veedores asistirán la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Comunidad del Caribe (CariCom), un panel de expertos de la ONU, la Unión Africana y el Centro Carter. Estas elecciones son las primeras en una década en que la oposición, que no se presentó en 2018, participa en una contienda presidencial. Nicolás Maduro busca su tercer mandato, mientras que el exembajador Edmundo González encabeza la coalición opositora.
A inicios de mayo, la Unión Europea retiró temporalmente las sanciones personales a Amoroso, que rechazó la medida argumentando que debían levantarse a todos los funcionarios y contra el país. El vocero del bloque europeo, Peter Stano, explicó que la decisión de retirar la sanción contra Amoroso reafirmaba el «compromiso y apoyo al buen progreso del proceso electoral» y buscaba «fortalecer los esfuerzos venezolanos hacia unas elecciones presidenciales inclusivas y competitivas».
Poco después, la Asamblea Nacional aprobó que se retirara la invitación al bloque europeo para ser observadores en los comicios. «No son personas gratas para venir a este país mientras mantengan las sanciones», expresó Amoroso. Además, calificó las sanciones de la Unión Europea como «colonialistas» y «coercitivas, unilaterales y genocidas», replicaron Reuters y EFE.
Maduro, de 61 años, llegó a un acuerdo con la oposición el año pasado para celebrar elecciones, lo que llevó a Estados Unidos en octubre a aliviar temporalmente las sanciones petroleras a Venezuela. Pero Washington volvió a imponer sanciones a la industria petrolera de Venezuela en abril pasado, tras constatar que el gobierno chavista no había hecho lo suficiente para que el proceso electoral fuera justo.
En 2021, la Unión Europea envió una misión para las últimas elecciones de alcaldes y gobernadores, en las que identificó tanto mejoras en el sistema de votación como irregularidades. Su presencia terminó de forma abrupta después de que Maduro los tachara de «enemigos» y «espías».
