Se destaca un notable incremento en el uso y los montos de extracción de los cajeros automáticos ubicados en barrios populares. De acuerdo a un reciente estudio, estos cajeros registran 3.600 transacciones por mes y un promedio de $27.000.000 extraídos, superando significativamente a los cajeros situados en barrios más pudientes, que registran 2.700 transacciones mensuales y un promedio de $19 millones. La diferencia se debe a que las billeteras virtuales y las tarjetas de crédito suelen usarse más para las compras en la clase media o alta.
El informe fue elaborado por la empresa Trasa, dedicada a la inclusión financiera y operadora de la red de cajeros Pago24, que cuenta con 80 sucursales en todo el país, de las cuales el 30% están situadas en zonas populares como Padre Mujica (ex Villa 31), San Lorenzo B, y Ramón Carrillo. Además, muchas de estas unidades están ubicadas a pocas cuadras de barrios populares, como Barrio Copello, Monte Chingolo, Tristán Suárez y Villa 21-24.
Estas instalaciones están distribuidas en diversas provincias, incluyendo Entre Ríos, Misiones y Chaco. La más reciente inauguración tuvo lugar en el barrio de Lugano, en la calle Piedrabuena, en 2024, beneficiando a casi 60.000 familias que residen en estos sectores.
¿Los barrios populares gastán más efectivo que en las zonas pudientes?
El análisis también revela que en los barrios populares, el punto de equilibrio financiero se alcanza en aproximadamente cuatro meses, lo cual es notablemente más rápido que los seis meses que tarda en lograrse en los barrios de mayor poder adquisitivo. Esta diferencia puede atribuirse a la alta demanda y uso frecuente de los cajeros en las zonas de menor desarrollo económico.
En términos de montos de extracción, los cajeros automáticos en barrios populares mantienen una ligera ventaja, con un promedio de $10.000 por transacción en comparación con los $9.700 en las zonas más pudientes. Aunque la diferencia no es amplia, refleja la mayor necesidad de efectivo en estos sectores. Una posible explicación para esta variación es el menor uso de billeteras virtuales y transferencias electrónicas en las zonas populares, donde el efectivo sigue siendo el método de pago preferido.
El informe de Trasa también aborda la cuestión de los daños y roturas en los cajeros automáticos. Los datos muestran que no hay una diferencia significativa en el nivel de daños entre los sectores comparados, sugiriendo que la ubicación de los cajeros en barrios populares no conlleva un riesgo mayor de vandalismo o deterioro.
Finalmente, la instalación de cajeros automáticos en barrios populares ha reducido la necesidad de que los residentes se desplacen largas distancias para realizar extracciones, lo cual beneficia tanto a los negocios locales como a la seguridad de los usuarios. Trasa, pionera en la instalación de cajeros en estas áreas, comenzó con la Villa 31 en 2017, ahora conocida como Padre Mujica, y desde entonces ha extendido su red a decenas de zonas vulnerables, promoviendo así la inclusión financiera y mejorando el acceso al dinero para el desarrollo personal y comunitario.