Sincero, directo y sin pelos en la lengua. De esta manera es como se muestra uno de los productores más importantes del teatro nacional, como es el caso de José María Muscari. En esta oportunidad, fue noticia por lo que contó en Desayuno Americano, el programa de Pamela David que se emite en América TV.
Sin rodeos, habló de su hijo Lucio. «¿Estabas preparado para la negativa?», le preguntaron en torno a la adopción. «Sí, estaba preparado y para que esa negativa no viniera de mi lado. Para eso hice un trabajo muy importante. El adulto responsable no puede arrepentirse porque alguien no funciona», aseveró.
«Me preparé con un montón de cursos, estudios, mirando historias, películas, escuchando foros. La decisión viene operando en mi cabeza desde hace muchísimo tiempo inconscientemente. Yo me venía preparando sin saber que en algún momento iba a llegar Lucio. Yo sabía que iba a ser padre por adopción. Desde hace años también sabía que no me cerraba la idea de un bebé, que no lo veía funcional conmigo, con un hombre solo», aclaró José María Muscari.
«Él aun con sus dificultades trata de hablar y de que lo saquemos adelante, ponernos de acuerdo. Hay una relación muy clara de padre e hijo, pero también una cosa de compinches. Al principio un montón de cosas le eran muy diferente, todo, desde una rutina… un montón de cosas», comentó.
Asimismo, decidió contar cómo han sido las dificultades y discusiones que han tenido que sobrellevar. «Una de las cosas que en una discusión, diferentes puntos de vista que a él le angustiaban… un día le dije ‘mirá, Lucio, vos sos mi hijo y yo no te voy a devolver nunca aunque nos peleemos, aunque lo que yo te diga no te guste, aunque te mandés una cagada. No es que eso va a poner en tensión nuestro vínculo, yo voy a seguir siendo tu papá y vos vas a seguir siendo mi hijo'», reveló.
«No tiene miedo de que lo abandone. Quizás lo tendría inconscientemente hasta que llegó la adopción plena, una vez que se puso mi apellido y tuvo su documento, cuando se dio cuenta de que podemos pelear incluso, él cierra la puerta cuando discutimos, a las dos horas le toco la puerta y sabe que está todo bien. Creo que eso es lo que te pasa con un hijo adolescente cuando es biológico», sentenció Muscari.