En una medida que impactará a más de 800.000 trabajadores, el Gobierno Nacional ha promulgado el nuevo paquete fiscal que introduce modificaciones en el Impuesto a las Ganancias. A partir de esta reforma, los ingresos salariales brutos de más de $1.800.000 para solteros y $2.100.000 para casados estarán sujetos a retención por parte del Estado.
El decreto firmado recientemente establece una mayor progresividad en las alícuotas y un aumento considerable en las deducciones personales, buscando aliviar la carga tributaria para ciertos segmentos de la población. Las nuevas escalas y deducciones se actualizarán semestralmente, tomando como referencia el Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por el INDEC, garantizando así que el sistema tributario se ajuste a la inflación.
Entre los cambios más relevantes, destaca la derogación del Impuesto Cedular, que afectaba a salarios superiores a los $2 millones mensuales. Esta medida, con efecto retroactivo al 1 de enero, incluye una deducción especial para evitar que los trabajadores acumulen deudas por los ingresos percibidos previamente.
Las deducciones personales han visto un aumento significativo, oscilando entre un 183,75% y un 186,65%. Estas incluyen, por ejemplo, la ganancia no imponible, que ahora asciende a $3.091.035,00, y la deducción por cónyuge, incrementada a $2.911.135,00. Sin embargo, la deducción especial para jubilados y pensionados permanece sin cambios.
Los detalles del Impuesto a las Ganancias
Las nuevas escalas de alícuotas también presentan aumentos notables. Por ejemplo, la alícuota del 5% ahora se aplica a ingresos de hasta $1.200.000, un aumento del 186,22% respecto al límite anterior. Las escalas superiores han experimentado incrementos aún más drásticos, como la alícuota del 35%, que ahora se aplica a ingresos superiores a $36.450.000, un incremento del 443,38%.
El paquete fiscal también elimina todos los tratamientos especiales, afectando componentes salariales como el aguinaldo y los gastos de viáticos. Esta eliminación busca simplificar el sistema y evitar negociaciones entre sindicatos y patronales que alteraban el impacto del impuesto en los salarios.
Finalmente, la nueva legislación ratifica los cambios implementados el año pasado por la AFIP, que modificaron las escalas del impuesto sin contar con una ley del Congreso. Esto asegura que los trabajadores no enfrenten deudas tributarias por los descuentos no realizados en 2023. Con estas reformas, el Gobierno busca un sistema tributario más justo y adaptable a las condiciones económicas actuales.
