Directa, sincera y contundente fue como se mostró en las últimas horas Pamela David, una de las conductoras más importantes de América TV. Esto sucedió en Desayuno Americano, el programa que lleva adelante todas las mañanas, donde confesó lo que tuvo que atravesar.
Esto sucedió al analizar y trazar un paralelismo entre El Bar, el reality del que ella formó parte hace más de 20 años, y Gran Hermano. «El Bar y Gran Hermano son muy distintos. El Bar no tenía encierro absoluto. Atendíamos a la gente, venía nuestra familia», comenzó diciendo.
«Fue en el 2001, el del helicóptero. Leíamos el diario en la mesa del bar. Vos podías enterarte. Teníamos contacto con la realidad. De hecho, una vez por semana nos dejaban elegir un lugar para cuidar nuestra salud mental. Yo una vez pedí salir para ir a la iglesia… Pero el encierro total te aísla de la realidad», confesó Pamela David.
Fue en ese momento cuando Viviana Colmenero tomó la palabra y dio su opinión. «Yo tengo un poder mental bastante fuerte, a nivel psíquico tengo mucha tolerancia a la frustración. Nunca tomé una pastilla ni nada. No sé si es tanto el encierro o la expectativa que se genera en torno a todo lo que tiene que ver con lo que estás viviendo», lanzó.
«Entrás totalmente desconocida, y después cuando salís viene la frustración. Adentro de la casa hay mucha fantasía. Los psicólogos están para llevarte por donde tienen que hacerlo para ser funcional con lo que ellos necesitan. Sos un productor. Te convertís en una mercadería», disparó Colmenero.
«Es triste decirlo, pero es la realidad. Me hace ruido eso de que no te hablen con claridad. Cuando entrás pasás a ser parte de un negocio. Eso no los habilita a que te empiecen a explotar. Vos no sos consciente de que estás entregando tu vida y tu tiempo», sentenció.
