No hay dudas de que LAM, el ciclo conducido por Ángel de Brito para América TV, ha logrado congraciarse como uno de los ciclos de espectáculos más vistos de la pantalla chica. Uno de sus puntos fuertes es la confianza que generan con las grandes figuras del espectáculo, siempre dispuestas a frenar y dar una nota con el programa de confianza.
En esta oportunidad fue Marcela Kloosterboer, quien, en conversación con un notero de LAM, recordó sus inicios en la televisión y habló de lo difícil que fue para ella grabar escenas íntimas en su adolescencia. “No es sencillo. Yo siempre estuve contenida por mi familia y también adentro del estudio me sentía contenida. Era un lugar de disfrute total”, comenzó.
“Sí hubo muchas veces situaciones donde yo tuve que poner límites y decir ‘esto no lo quiero hacer’. No es fácil, pero también te va moldeando la personalidad decir a los 11, 12, 13, 14 o 15 años ‘esta escena no me gusta, no la quiero hacer o no la quiero hacer así’. No me arrepiento de cosas que haya hecho porque siempre fui fiel a mí y a lo que no quiero hacer, no lo hago. Sí he pasado calores al momento de decir ‘tengo que hablar con el productor o el director para decirle que algo no me gustaba y no quería hacerlo’. Siempre seguí mi instinto”, rememoró.
“Siento que tenía confianza desde mi casa. El apoyo y eso es importante. Hoy siendo mamá les doy ese apoyo a mis hijos con mucha conciencia. Tener eso de ‘andá tranquila que cualquier cosa voy yo’. Está bueno sentir eso y te da una confianza en vos mismo que vos podés hablar con respeto aunque vos tengas 15 y el productor, 50?, contó Marcela Kloosterboer.
La actriz también habló de su vínculo con Nicolás Cabré, y sorprendió con una anécdota desconocida. “A mí siempre me resultaba incómodo tener que sacarme la ropa o escenas de sexo. Me pasó una vez con Nico Cabré, que después me agradeció por haberlo contado,… Yo recién entraba en Polka y él ya estaba ahí hacía un tiempo. Teníamos que hacer una escena como de la primera vez, había una frotación y a mí me incomodaba bastante hacer eso. Yo hablé con el director y Nico también dijo ‘che, yo no la quiero hacer así tampoco, hagámosla de otra forma, pero así no’. Le dije ‘gracias Nico, me salvaste’”, recordó.
“Fue un gran compañero. Me vio incómoda y dijo eso. Él tenía más años en Polka. Yo tenía 16 años, era chica. Estuvo bueno porque me sentí apoyada. Se lo agradecí. Él me agradeció que lo recuerde. Fue un gesto buenísimo”, agregó Marcela Kloosterboer sobre el tiempo que compartió con Nicolás Cabré en la grabación de Son Amores.
“También el machismo dentro del medio y dentro de la sociedad hace que la mujer lo dice y es ‘¡bueno, pero dale…!’. Lo dice el hombre y es ‘listo, que no se diga más’. A la mujer siempre la quieren convencer, como ‘dale, un poquito más mostrá’. Es incómodo. Obviamente no estaba planteado todo esto del lugar que ocupaba la mujer. No éramos conscientes”, continuó.
“De hecho en un momento en Verano del 98 me pusieron de monja porque, me decían, ‘bueno, no quiere hacer esto, no quiere hacer lo otro’. Entonces, fui monja. Fue gracias al productor, Gustavo Marra. Fue un poco así. Yo tenía 14 años, era muy alta, pero era chica. Entonces, el personaje requería algunas escenas que yo no quería hacer. Hoy por esos momentos me doy una palmadita en la espalda a esa adolescente que pudo decir ‘esto no lo hago’. Pero no era un momento grato, para nada”, sentenció Marcela Kloosterboer.