La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha decidido incrementar el impuesto interno al tabaco del 70% al 73%, de acuerdo a lo que establece la nueva Ley de Bases. Este aumento se verá reflejado en el precio que los consumidores pagarán por los cigarrillos en los kioscos.
Este cambio fue formalizado mediante la Resolución General 5524/2024 en el Boletín Oficial, que aprobó el programa aplicativo para que los contribuyentes alcanzados por este impuesto ejecuten sus operaciones de acuerdo con el nuevo gravamen. Este ajuste en la carga impositiva tiene como objetivo incrementar la recaudación fiscal y desincentivar el consumo de tabaco.
La medida llega en un momento crítico para la industria tabacalera, que ya enfrenta desafíos significativos. Uno de los empresarios más afectados es Pablo Otero, dueño de Tabacalera Sarandí, quien recientemente fue intimado por la AFIP a cumplir con un fallo que le ordenó pagar una deuda multimillonaria. Este aumento en los impuestos complicará aún más la situación financiera de su empresa.
El incremento del impuesto interno al tabaco no solo impactará a los grandes productores y distribuidores, sino también a los consumidores, quienes verán un aumento en los precios de los productos de tabaco.
La Resolución especifica que todas las fábricas afectadas por el impuesto interno al tabaco deben adaptar sus sistemas y procedimientos para cumplir con el nuevo porcentaje impositivo. Este cambio requiere ajustes en la cadena de suministro y en los sistemas de facturación de las empresas tabacaleras.
Algunos a favor del impuesto a los cigarrillos y otros en contra
El aumento del impuesto al tabaco ha generado diversas reacciones en las redes sociales. Mientras algunos argumentan que es una medida necesaria para reducir el consumo de tabaco y sus efectos negativos en la salud pública, otros señalan que el incremento podría afectar la economía de las empresas tabacaleras y aumentar el contrabando de cigarrillos.
En definitiva, la decisión de la AFIP de aumentar el impuesto interno al tabaco al 73% representa un cambio para la industria y los consumidores. Mientras el gobierno busca aumentar sus ingresos y promover la salud pública, las empresas tabacaleras y los consumidores deberán adaptarse a los nuevos precios y las implicaciones económicas de esta medida.
